Ni los muros de la prisión pueden frenar a veces la violencia machista. Un recluso del centro penitenciario de A Lama acaba de ser condenado por un delito de amenazas leves por remitir una carta a la madre de su expareja en la que le advertía de que "le iba a amargar la vida" a su hija una vez que hubiera abandonado la prisión.

En la misiva, el acusado se refería a su expareja como "putón" y aseguraba que no la podía "ver delante". Le explicaba a la madre de su expareja, con la que tiene dos hijos en común, que en cuanto saliera de la cárcel, esta mujer iba "a sufrir todo el daño que ella me ha hecho sufrir a mí".

Un juzgado de lo Penal concluyó que los hechos eran constitutivos de un delito de amenazas leves y la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra acaba de confirmar esta sentencia. Le impone una pena de seis meses de prisión, privación del derecho a la tenencia y porte de armas por tiempo de un año y seis meses y prohibición de acercarse o comunicarse con la víctima durante dos años. La justicia rechaza la petición de la acusación particular de condenar al acusado por injurias y un delito de amenazas de mayor gravedad.