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Unas modificaciones que no responden a las alegaciones presentadas

Este proyecto reformado de la A-57 entre Pilarteiros y Curro supone, en la práctica, una primera respuesta a las alegaciones formuladas en su día por los concellos de Pontevedra y Barro, que se centraban especialmente en cambiar la fisonomía del enlace de Curro. Ahora estos municipios disponen de 30 días de plazo para emitir sus respectivos informes.

En el caso de Pontevedra, ya apenas había oposición al trazado hace tres años y ahora tampoco lo hay ahora en la capital,. De hecho, los técnicos municipales pontevedreses aceptan, en principio, el cambio del entronque final porque evita afecciones y derribos de viviendas. En cambio sí se mantienen las dudas en Barro. Su alcalde, Xosé Manuel Fernández Abraldes convocó ayer mismo al resto de grupos municipales, comuneros de Curro y Portela y representantes vecinales para definir una estrategia de respuesta a este nuevo plan de Fomento.

Hace tres años, Barro solicitó que la conexión de la A-57 con la AP-9 se habilitara mediante un ramal paralelo a la autopista hasta la zona de peaje entre ella y la autovía de O Salnés, lo que dejaba libre de nuevas infraestructuras la zona de Curro. "Sin embargo, la opción de la rotonda un kilómetro antes provoca que el tráfico local tenga que acudir a la carretera vieja de A Portela -lo que anula parte del nudo pequeño actual- y mantiene el peligro viario en la zona".

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