El portavoz y la viceportavoz de Marea Pontevedra, Luis Rei y Carmen Moreira, presentaron en Lourizán, acompañados por un grupo de vecinos, una iniciativa para "saldar la deuda histórica con esta parroquia", que calificaron de "zona catastrófica". Marea presentará una moción al pleno en la que propone definir un programa plurianual 2016-2019 para la zona, acompañado del correspondiente presupuesto extraordinario, para acometer infraestructuras y servicios como un centro social comunitario para atender las necesidades sociales y de ocio (fundamentalmente dirigido a las personas mayores), la construcción de una instalación deportiva pública que albergue un campo de fútbol (que supla el cerrado en enero de 2016), una escuela infantil y de una ludoteca para los niños de la parroquia, o la ampliación del actual cementerio, "más allá de las diez plazas anunciadas".

Tren y escalextric

Proponen además abrir un proceso de negociación para la mejora de las infraestructuras y dotaciones que hoy dependen de otras administraciones, para resolver el soterramiento de la línea férrea que cruza la plaza de Placeres y eliminar el escalectrix que separa la parroquia de la playa, mejorar y ensanchar las aceras de la antigua carretera de Pontevedra-Marín y habilitar un carril bici. También plantean negociar con la Diputación Provincial y la Xunta de Galicia la restauración del Pazo de Lourizán, para instalar en él un centro de interpretación, en un plan integral de dinamización cultural de la parroquia. Marea quiere además poner un marcha, coordinadamente con la Xunta de Galicia, un proyecto para la recuperación ambiental de la Xunqueira da Gandarela.

Los representantes de Marea de Pontevedra recordaron que en la parroquia de Lourizán viven -según los datos del censo municipal de 2015- un total de 3.107 vecinos, que la convierten en la parroquia rural más poblada de Pontevedra.

Sin embargo, para Luis Rei, Lourizán vive una situación que podríamos definir como de "zona catastrófica, de carácter social y ambiental, con epicentro en Placeres, fruto del abandono y del castigo a los que se vio sometida por diversas administraciones, de distintos colores políticos y a lo largo de varias décadas".

Carmen Moreira, concejala de Marea y vecina de esta parroquia, recordó las diferentes agresiones que ha sufrido la parroquia desde hace medio siglo. Entre ellas citó la instalación a finales de los años cincuenta de las factorías de Ence y Elnosa en terrenos de dominio público marítimo terrestre, ganados al mar mediante rellenos, la vía del tren que transcurre paralela a la línea del litoral, o la PO-11, que "siguen causando una gravísima alteración de la costa, ya muy degradada e impropia de una zona de gran potencialidad turística".

Depuradora y puerto

"A esta situación hay que añadir las omisiones que los distintos gobiernos municipales tuvieron respeto de la parte rural de nuestro municipio y más concretamente con esta parroquia, que carece de servicios públicos básicos; cosa que obligó los vecinos a efectuar obras mancomunadas de traídas de agua y de alcantarillado", explicaron.

También apuntaron que la Estación Depuradora de Aguas Residuales (Edar) de Placeres, explotada por Viaqua y que inició su funcionamiento en 1993, "en la actualidad presenta numerosas deficiencias" y que fue condenada por sentencias judiciales, como los 300.000 metros cuadrados de relleno del puerto, igualmente ilegalizados.