La Audiencia de Pontevedra se blindará el próximo 16 de febrero para acoger el juicio por el asesinato de María Luisa Jiménez Jiménez, Lupe. El tribunal provincial ya ha solicitado formalmente a las fuerzas de seguridad que se adopten medidas especiales esa jornada para garantizar que el juicio se celebra con normalidad. Toman esta decisión como medida preventiva tras analizar los antecedentes del caso, y las tensiones surgidas entre la familia de la víctima y la del agresor, conflicto que en su día obligó a trasladar al supuesto asesino de Lupe a una cárcel de fuera de Galicia por temor a una posible venganza. Además, el crimen cometido presuntamente por José Luis Cortiñas, marido de la víctima, condenó asimismo al "destierro" a todos sus familiares asentados en Lugo y en otros puntos de Galicia ante la posible reacción de la familia de María Luisa Jiménez.

En la Audiencia confían que la vista oral transcurra con total normalidad, pero como medida preventiva han ya solicitado que se diseñe este dispositivo especial de seguridad para este juicio que tendrá lugar en la Sección Cuarta de la Audiencia de Pontevedra. Lo hacen ante las ya citadas circunstancias que rodean a este asunto.

El caso llega a juicio justo dos años después de que se produjera el crimen, en febrero de 2014. La Fiscalía solicita la pena máxima de 20 años de prisión por asesinato en concurso ideal con un delito de aborto (la mujer estaba embarazada) para José Luis Cortiñas, marido de la víctima. "Lupe" Jiménez había huido del domicilio en el que residía con Cortiñas en Lugo para refugiarse en casa de su madre, en el municipio pontevedrés de Vilaboa. Según relataron los familiares, el día de su muerte Cortiñas acudió al domicilio de Vilaboa a buscar a su mujer y se la llevó contra su voluntad. Supuestamente, según el relato de la Fiscalía, camino de Lugo, en un monte próximo a Santiago, Cortiñas asestó al menos catorce puñadas en el tórax, cuello y en una muñeca a su esposa y le quitó la vida. Lesiones que también causaron la muerte del feto que llevaba en su vientre, dado que María Luisa estaba embarazada.

Cortiñas regresó a Lugo y allí inicialmente aseguró que había dejado a "Lupe" en una gasolinera, para posteriormente confesar ante la juez de instrucción el crimen.

La acusación particular eleva su petición de condena a 50 años, 25 años por el asesinato de la mujer y otros tantos por su hijo nonato. Además, las dos acusaciones reclaman indemnizaciones importantes para las seis hijas de la fallecida.

José Luis Cortiñas se encuentra ingresado en la prisión de Mansilla de las Mulas (León), a donde fue trasladado junto a uno de sus hermanos desde la cárcel de Monterroso con carácter preventivo ante el temor de que ciertos ánimos de venganza pudieran llegar al interior de la prisión. Su familia, que residía en la calle Orquídea de Lugo, abandonó -tras el crimen- la ciudad y la provincia luguesa para evitar "vendettas" entra las familias de la víctima y del agresor. Todos los Cortiñas abandonaron Galicia nada más conocerse el crimen; una migración que afectó a residentes en Vigo, Lugo, Ferrol y A Coruña camino de Castilla y León antes de conocer la orden de destierro del Consejo Gitano de Galicia. Una ley gitana que se aplicó, dicen, para "evitar baños de sangre".