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Lourizán, zona de ocio y apuesta por el turismo

La Xunta encargó en 1993 un estudio para la marisma en el que se recuperaba la playa con espacios deportivos

Un grupo de mariscadores tras faenar en Placeres a principios del siglo XX. // FdV

La parroquia de San Andrés de Placeres nació en 1888. Aún por aquel entonces el colegio Sagrado Corazón, ubicado en el entorno de la hermosa iglesia gótica, era un hotel que pertenecía a Avelino Montero Ríos y que en 1918 donó a las religiosas.

Por entonces la "ribera" se llenaba de mariscadores y en las primeras décadas del pasado siglo eran muchos los pontevedreses que se bañaban en la playa que llegaba hasta cerca de la carretera vieja de Marín.

La construcción y puesta en funcionamiento de la fábrica de Celulosas en Lourizán en la década de los 60 supuso un cambio radical para esta parroquia.

La sensibilidad social en los años 90 por la contaminación que generaba el complejo industrial, como reflejó la auditoría medioambiental realizada por Wallace Evans a instancias de la Consellería de Política Territorial, provocó que la Xunta encargara en 1993 un estudio alternativo a la utilización del suelo de Celulosas y Elnosa. La Consellería de Política Territorial, que dirigía Cuiña Crespo, amenazaba con la caducidad de la concesión por incumplimiento de las condiciones medioambientales como recogía el acuerdo de 1958, y como vuelve a plasmar la nueva resolución de Costas con la prórroga hasta 2073. Cuiña encargó dicho estudio a la empresa Ecoconsult, Ingeniería de Medio Ambiente. Lo hizo con motivo de la suspensión cautelar de la actividad en el complejo de Lourizán ordenada por el Gobierno gallego.

En este trabajo, considerado por los técnicos como muy completo, se ofrecían tres alternativas diferentes, las dos primeras a partir de la hipótesis de que Celulosas y Elnosa siguieran en la ría y la tercera, que se consideraba "opción idónea" de que el complejo se cerrara.

Una playa de 1,5 kilómetros

Esta tercera alternativa contemplaba una playa de un kilómetro y medio de longitud y el aprovechamiento total del espacio ocupado por Ence y Elnosa que desaparecerían.

El espacio liberado por el complejo, unas 40 hectáreas, se complementaría con la propuesta de creación de un gran parque sociocultural y deportivo de las Rías Baixas, concebido como una gran alternativa en el marco general de una oferta turística completa.

Este parque contaría con espacios dedicados a múltiples usos, fundamentalmente dotaciones y equipamientos, entre los que figuraba en el estudio a título indicativo, una ciudad deportiva que incluiría un estadio de fútbol para unos 20.000 espectadores, así como otros campos de entrenamiento, piscina de agua dulce y salada y un conjunto de instalaciones para otras prácticas deportivas.

Aquel estudio de Ecoconsult, ubicaba también en ese parque una Casa de las Ciencias y un Museo de Ciencias Marinas, así como un parque de atracciones marinas que incluía un sistema de Acuapark y un delfinario. Asimismo, planteaba la construcción de un complejo hotelero, un camping y un puerto deportivo.

Entendían los redactores de este estudio que Pontevedra es "el gran espacio natural marítimo posible para una serie de actividades de ocio puesto que, a diferencia de la ría de Vigo, tiene un tráfico marítimo pequeño y, con respecto, de la de Arousa, un calado mayor.

Los redactores señalaban y ubicaban en el millón de metros cuadrados "liberados" una serie de talleres escuela temáticas y citaban como ejemplo las actividades de astilleros, granjas marinas y piscifactorías.

Además, sugerían escuelas de náutica, ecología, educación física y submarinismo. En cuanto a la inversión necesaria, reseñaba el estudio, se calculaba en 4.100 millones de las antiguas pesetas, es decir, 24,6 millones de euros.

Los autores del estudio aseguraban que "todo ello significaría la creación de muchos más puestos de trabajo que los que se perderían en la hipótesis de un cierre de Celulosas y Elnosa".

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