La irrupción de un alborotado grupo de preferentistas durante la celebración de un pleno de la Diputación podría amedrentar a cualquier político del Partido Popular. Pero no a Rafael Louzán. Al hombre que presumía de haber llevado el partido de la moqueta a la calle no le asustaban estas situaciones. Es más, era en las que mejor se desenvolvía hasta el punto que acababa presidiendo el pleno enfundado en la camiseta de los preferentistas.

Creció en política tan rápido como ahora parece desvanecerse. Hace apenas un año nadie podría prever el tsunami electoral que le arrebató la presidencia de la Diputación en los pasado comicios de mayo. Como posiblemente tampoco muchos podían imaginar en Ribadumia que un bedel llegaría algún día a presidente de la Diputación (cargo que ostentó durante 12 años) o a presidente provincial del Partido Popular (responsabilidad que ocupa desde hace 16 ejercicios).

Su puesto de funcionario en el Concello de Ribadumia era de agente notificador. Sus detractores decían que era el "chico de los recados" en el ayuntamiento. Un ayuntamiento en el que se inició en política al abrigo del controvertido alcalde José Ramón "Nené" Barral, quien recibía el apoyo incondicional de los vecinos desde 1983. En 1995 Barral le brindó la oportunidad de formar parte de su candidatura y, tras una nueva mayoría absoluta, se convirtió en teniente de alcalde y mano derecha del regidor. Ese mismo año tomo posesión como diputado provincial y pronto se ganó la confianza del entonces presidente, Manuel Abeledo. En 1996 era ya el vicepresidente de la institución. Entonces conjugaba su faceta política con la empresarial, con una empresa dedicada al montaje de invernaderos.

En 2001, "Nené" Barral sufre su primera imputación (por contrabando de tabaco) y debe dejar el PP. Louzán toma entonces las riendas del partido en Ribadumia junto a una joven bióloga, Salomé Peña. Sigue ganando peso en la Diputación y en el PP provincial y en 1998 es designado secretario de organización. Solo dos años más tarde resulta elegido presidente del partido. En 2003 asumió el cargo de presidente de la Diputación Provincial, siendo el primer presidente que repite tres mandatos consecutivos. Uno de los mejores momentos en el partido lo vive tras las elecciones generales de 2011. Aquella noche en la que, exultante, brindaba a Mariano Rajoy un mapa de la provincia con los 62 ayuntamientoes teñidos con el color azul del Partido Popular.