La Mancomunidad de Montes de Pontevedra, que agrupa a trece comunidades de montes del municipio capitalino, lamentó ayer "el fondo y la forma" en que el Gobierno concedió a Ence la prórroga por 60 años en la ría. Lamenta el fondo dado que "esta concesión prolongará durante décadas el enfrentamiento de una empresa importante para el sector forestal gallego con la ciudadanía de Pontevedra", presentando al sector como "opositor de los sectores turístico y marisquero, además de sospechoso de ser contaminante, cuando justamente debería ser percibido como aliado" de un desarrollo sostenible.

En cuanto a la forma, lamentan que una decisión "con efectos a 60 años" sea tomada por un gobierno en funciones, dado que "abre sospechas de inseguridad jurídica" y "sobre todo demuestra una pésima imagen sobre la legitimidad ética de tal privilegio". "A Mancomunidade Montes de Pontevedra lamenta que Ence optara por la compra de voluntades (puertas giratorias incluidas) y despreciase los intentos de negociación que durante años fueron promovidos desde las administraciones públicas y el propio sector forestal". Es por ello que se sumarán a la manifestación contra la permanencia de la pastera que tendrá lugar hoy.

Además, la Mancomunidade de Montes niega a Ence la condición "que se arroga" de portavoz del sector forestal gallego y sale al paso de las manifestaciones de sus directivos "intentando manipular a la opinión pública en beneficio de sus cuentas de resultados".

Precios de la madera

En concreto señalan dos aspectos: el primero el anuncio de Ence de que en los últimos años incrementó sus compras de madera en Galicia, lo cual es cierto, explican. Lo que, según los comuneros, oculta la pastera es que "cuando informa de que este hecho es el resultado de su política de mayor compromiso con Galicia" en realidad "responde a su política de monopolizar el mercado de la madera y bajar artificialmente los precios". Según este colectivo, tras el cierre de la planta de Huelva, Ence pactó con la celulosa portuguesa de Aveiro un reparto de mercado, de tal forma que Ence renuncia a comprar madera en el sur de Portugal y Portucel haría lo propio con sus cada vez más "crecientes" compras en Galicia. "De esta forma, Ence controla aún más el precio de la madera en Galicia, eliminando un competidor y forzando siempre a la baja el precio de la materia prima", explican. En segundo lugar, consideran que la planta de biomasa que, según la empresa, se podría instalar en Lourizán no es un hecho positivo para la comarca: "Debe estar situada en terrenos de gran producción forestal y sobre los que habrá una creciente presión para su dedicación a cultivos energéticos (especies de crecimiento rápido como el eucalipto, plantadas muy juntas y cortadas cada cinco años) en grandes masas de monocultivo", explican. Creen que las zonas habitadas de las Rías Baixas no es una zona adecuada para ubicar esta planta.