Los 61 millones en inversión que ya ha activado Ence tras conocer que se prorroga su concesión en Lourizán giran en torno a tres ejes fundamentales: mejora de la eficiencia de la fábrica para que sea competitiva, las inversiones ambientales y la ampliación de la producción.

Al primero de los apartados se destinarán 30, 2 millones y con ellos Ence busca reducir el "cash-cost", es decir, el coste de fabricación por tonelada de pasta. La reforma eléctrica que eliminó las bonificaciones a las renovables supuso un importante incremento del coste de producción para Ence y en los planes de la compañía que presentó a los accionistas el pasado mes de noviembre se recogen actuaciones en Pontevedra que permitirían reducir el coste por tonelada en 30 euros entre 2016 y 2020. Para ello pretenden "replicar" el proceso productivo que ya utilizan en Navia en Pontevedra.

El aumento de capacidad de producción es otro de los puntos en los que quiere invertir la compañía.

La inversión restante se centra en la instalación de un nuevo ciclo del agua que hará posible recuperar gran parte del agua del proceso con una doble consecución, reducir el consumo y minimizar el volumen del efluente. Se invertirán otros 15 millones.

Se contabilizan otros 12 millones restantes para mejoras medioambientales "más allá de las obligaciones legales, como la eliminación de vapores, ruidos y olores, además de los 4 millones para la integración paisajística de la fábrica.