Un vecino de O Porriño, C. R. R., asumió ayer una pena de dos años de cárcel que podrá quedar en suspenso si este hombre completa con éxito un periodo inicial de tres años en los que estará bajo libertad vigilada y en el que se deberá someter a tratamiento psiquiátrico. Reconoció que en diciembre de 2012 paseaba por la calle Tarela de la localidad de O Porriño a su perro de raza "pitbull" sin correa ni bozal al que ordenó atacar a un joven al que después golpeó con sus puños y un paraguas. La víctima, que entonces tenía 19 años, perdió dos dientes y sufrió daños en varias piezas más.

Durante el juicio celebrado ayer en la Sección Segunda de la Audiencia de Pontevedra trascendió que el acusado padece un trastorno ansioso depresivo y otro de personalidad que afectaron a sus facultades mentales en el momento en el que se produjeron los hechos, aunque no anularon su voluntad por completo. De ahí que el tribunal le dé esta oportunidad de someterse a tratamiento de estas dos dolencias antes de decidir si suspende o no la pena de prisión que el propio acusado aceptó tras declararse culpable de los hechos que se le imputan.

La Fiscalía solicitaba inicialmente una pena de cinco años de prisión por el delito de lesiones y reclamaba también una multa por una falta contra los intereses generales por llevar suelto al perro, que respondió a la orden de atacar a su dueño mordiendo la pernera del pantalón de la víctima. Finalmente se retiró la acusación por esta falta y se redujo la pena por el delito de lesiones a dos años.

Fiscal, acusación particular y defensa se mostraron de acuerdo en cuando a la parte penal del juicio, pero la vista continuó para aclarar las cuantías que se deberán abonar en materia de responsabilidad civil por las lesiones que sufrió la víctima en su dentadura.

El acusado es reincidente, dado que ya fue condenado por un delito de maltrato habitual en 2012 por un juzgado de lo Penal de Vigo.