María Ramallo, alcaldesa de Marín, fue anteriormente presidenta del puerto de interés general de esta villa y como tal es una buena conocedora del proceso de Ence.
- ¿Cómo ha recibido la noticia de la prórroga de Ence?
- Creo que despeja una incertidumbre importante para todos. Desde hace más de un año se sabía que Ence había solicitado la prórroga y esta resolución tenía a todo el mundo en vilo. Tanto la propia empresa, como los trabajadores, las asociaciones, el tejido empresarial y la sociedad en su conjunto estaban a la expectativa de lo que podía ocurrir. Creo que se despeja una incógnita importante y no solo para el futuro de la empresa, porque esta es una cuestión que nos preocupaba a todos.
- ¿Es positivo para Marín?
- Todo lo que genere puestos de trabajo, que incremente el valor añadido de la producción, siempre de un modo cuidadoso con el entorno, debe aprovecharse. Lo que está claro es que este paso que se ha dado debe ir acompañado de una serie de exigencias que impone la propia normativa y debemos estar pendientes y vigilantes de que se cumplan, no solo de la inversión que se pretende hacer sino también de los puestos de trabajo, de la calidad de los mismos, de la mejora del entorno, de la implicación social y medioambiental, etc. Creo que hay que regenerar todo el entorno, además en una parroquia como Lourizán que se merece una inversión decidida.
- ¿Qué supone para la zona?
- En Marín tenemos dos implicaciones en este asunto. Por un lado que hay muchos trabajadores de Ence que son de Marín y por otro lado está la importante vinculación de Ence con el puerto. Por él la empresa realiza todas las entradas y salidas de sus mercancías. De modo que tiene una repercusión directa sobre Marín y sobre su economía. Esa proyección de futuro entendemos que tendrá también una repercusión económica, de cara a mantener y seguir mejorando la importación y exportación de mercancías a través del puerto de Marín.
- ¿Y desde el punto de vista urbanístico y territorial?
- Marín como ayuntamiento vecino y que sabe qué es hacer sacrificios en su litoral y en su costa, a la hora de albergar instalaciones que puedan resultar molestas en la convivencia, sabe perfectamente de lo que hablamos. Entonces, esto viene a implicar un nivel de exigencia sobre el entorno y el medio ambiente que debe ser muy alto.
- ¿Cree que la gente quiere que Ence se quede?
- Ese es un debate como muchas aristas y con muchas ópticas, pero yo creo que al final la ciudadanía se da cuenta de que el momento económico y social influye. Quiero decir que no es lo mismo tener una tasa de paro tan elevada que no tenerla. La gente ve que no hay empresas de un tamaño y de una importancia como Ence y eso también genera mucha comprensión hacia la fábrica.
- ¿Y sobre el momento político en que se aprobó la prórroga, con un gobierno en funciones?
- Es una cuestión jurídica que desconozco. No tengo muy claro cuál debe ser el momento, pero no creo que sea algo premeditado. Este tema se está tramitando desde hace mucho tiempo y todo esto depende más de informes técnicos y jurídicos. La mayoría de las veces estos momentos no se eligen. Las leyes marcan plazos y supongo que todo esto es muy estricto desde el punto de vista legal. Una decisión de esta naturaleza me extrañaría mucho que no estuviese determinada. No sé cual sería el mejor momento, ni creo que se pueda ni que se deba tener mucha discrecionalidad para elegir el momento. Esos momentos los marcan los plazos de la normativa. Y políticamente, en una resolución como esta, creo que cualquier momento sería criticado.
