Aunque el principal responsable del descenso de población en el municipio es el apartado extranjero, el conjunto del censo ofrece síntomas de preocupante envejecimiento, al caer el número de personas en edad de trabajar y aumentar el de jubilados y mayores de 70 años.

Así, según el reparto por edades que acaba de hacer público el Instituto Nacional de Estadística pone de manifiesto que entre cero y cuatro años hay 243 niños menos que hace doce meses, si bien sí aumenta el censo entre los cinco y los 14 años, si bien en un porcentaje poco significativo. De hecho, hay 15.381 menores de veinte años, 119 menos que en 2014.

Pero el descenso más preocupante se produce entre los pontevedreses de 20 a 40 años. Suman un total de 21.506 personas, el 26% de la población total, pero son casi mil menos que hace un año, en concreto una caída de 954 vecinos. En cambio, los mayores de cincuenta años son ahora 592 más que hace un año y ya suman casi 32.000 vecinos.

En cuanto a los mayores de 65 años, cuando comienzan a producirse en general las jubilaciones, Pontevedra cuenta con 380 residentes más que en 2014, hasta los 15.690. De ellos, 921 superan los noventa años (41 más), mientras que el número de centenarios se mantiene en 30.