Un informe realizado en su día por el Concello para justificar la petición del ARI contabilizaba en el centro histórico un total de 1.695 viviendas, y señalaba que la mitad de ellas requiere algún tipo de rehabilitación. De hecho, de todos los encuestados en este análisis sociodemográfico, el 55% "manifestó su interés en que la vivienda en la que reside sea rehabilitada". Por ello, llama ahora la atención el bajo número de proyectos, que apenas supone una ínfima parte de las necesidades reales.

Esas actuaciones de rehabilitación se referían, en su inmensa mayoría, a la reparación exterior, cubiertas, tejados y fachadas, que será donde previsiblemente se actúa, aunque también se detecta un importante déficit en condiciones de accesibilidad (elevadores, rampas, anchos de las puertas) y en instalaciones de electricidad, fontanería o calefacción.

Al margen del elevado índice de viviendas que necesitan una rehabilitación exterior, otro de los datos destacados del estudio es que más del 20% de las viviendas del centro histórico están sin uso, por encontrarse vacías, en ruinas, en venta o alquiler o en proceso de reforma.

En todas las residencias en las que se pudieron recabar los datos se comprobó que el número de personas que convive en ellas oscila entre las dos y las cuatro y en lo que se refiere a la distribución por sexos, el 54% de los residentes son mujeres y el 46% son hombres, "lo que se puede considerar una distribución normal teniendo en cuenta el reparto por sexos de la población residentes en cada una de las cuatro provincias gallegas".

Uno de los capítulos de mayor importancia a la hora de calibrar el interés de los residentes por rehabilitar sus inmuebles reside en el régimen de tenencia de las casas. Así, domina la propiedad, aunque no de una forma dominante. En seis de cada diez viviendas encuestadas, el ocupante es su dueño, pero más de un tercio de las casas ocupadas en el casco antiguo funciona con un régimen de alquiler, mientras que en un 3% de los casos se incluyen otras fórmulas, como el préstamo o el usufructo.