La relación de San Sebastián con la ciudad de Pontevedra está documentada desde la época de los Reyes Católicos.

Según el investigador Leoncio Feijoo, las antiguas actas municipales incluían la obligación de acompañar a la imagen del santo hasta la capilla de San Roque como ofrenda popular y voto del pueblo.

Este ritual se realizaba tanto el 20 de enero, festividad del santo, como el 16 de agosto, fiesta de San Roque.

El voto a San Sebastián se realiza desde 1551, tras la primera epidemia de peste que sufrió Pontevedra.

Durante el siglo XVI se extendieron por toda Europa las ofrendas a San Sebastián y San Roque para que librase a las poblaciones de la peste, el cólera o la gripe.

Además, San Sebastián era el santo patrono de los mercaderes, de los activos comerciantes que construyeron el tejido económico de la población. Por ello, todavía en el siglo XXI se le puede ver desnudo y asaetado en la procesión del Corpus Christi junto con los demás antiguos patronos del resto de cofradías de gremio que aquí se asentaron.