Domingo Soto explica que la falta de un campo de fútbol en la parroquia impide que el San Andrés pueda progresar hacia categorías superiores al perder el apoyo de muchos socios que no acompañan al equipo en su exilio en Marín, en donde deben jugar sus partidos como local. También provoca gastos por el coste de los campos que utilizan para entrenar en A Xunqueira y además les condena a no poder tener categorías inferiores al no disponer de campos para realizar los entrenamientos y los partidos. "Ahora mismo podríamos estar moviendo a unos 200 chavales", dice Soto. Los jóvenes de Lourizán se ven obligados a crecer en las canteras de otros equipos de fútbol de Pontevedra.