Salvo con el BNG y alguna otra excepción contada, resulta llamativo que el color del alcalde de turno supone un arrastre de votos hacia su partido en elecciones no municipales. Aunque en toda la comarca el PP fue la fuerza más votada, por ejemplo, en Ponte Caldelas, cuyo regidor es socialista, el PSOE subió un 10% en votos con respecto a 2011 y en municipios como Vilaboa, Cuntis y Caldas su descenso fue menor que en otros concellos. El BNG solo salva algo los muebles en Barro, al caer menos de un 9%. Sin embargo, en ningún caso obtiene un mejor resultado que el de cuarta fuerza.

Y es que las fuerzas emergentes, especialmente En Marea, capitalizó buena parte del descontento. Es la segunda más votada en los municipios más poblados (Pontevedra, Marín, Poio y Sanxenxo) y en toda la comarca (sin contar la capital) sumó el 20-N 13.252 votos, el 21,2% del total. Por su parte Ciudadanos se hizo con 5.421, el 8,6%. Entre ambos suman casi el 30% de las papeletas y si se añaden los resultados de Pontevedra, llegan al 33%.