El interés por la normativa del cementerio desbordó a los medios municipales. El antiguo colegio unitario se quedó pequeño entre los cerca de cien vecinos que acudieron ayer a la primera de las siete reuniones convocadas por el gobierno local para abordar la propuesta para regular el centenario camposanto municipal de San Xoán. En encuentro dividió a los vecinos entre los que querían escuchar las explicaciones de los ediles y quien consideraba que en lugar de siete reuniones debería haberse convocado un único encuentro.
Las dimensiones del local, de unos 40 metros cuadrados, limitaron de forma importante la presencia de los asistentes. En primer lugar, muchos se marcharon indignados por no poder siquiera entrar. Dentro comenzaba el caos, con gente protestando, en corrillos sin orden ninguno. Hubo incluso quien se dedicaba a encender y apagar la luz y a hacer sonar el timbre de centro escolar.
Los detractores reclamaban una única reunión acusando a los convocantes de querer dividir a los vecinos para convencerlos. Una cuestión que fue rechazada por el concejal de Urbanismo, Gregorio Agís, que apuntaba que las reuniones con menos gente permitiría explicar caso por caso más detenidamente al ser más "operativa".
También hubo quien criticó la ausencia del alcalde, Luciano Sobral. En su lugar lo componía una amplia comitiva de concejales, entre los que estaban, además de Agís, el concejal de Patrimonio, Xulio Barreiro, además de las concejalas de Sanidade, Benestar Social y Deportes, Lidia Salgueiro, Rosa Fernández y Marga Caldas, respectivamente. "Había gente que vino a boicotear la reunión, pero se pudo hablar con los vecinos", señalaba Salgueiro.
Por su parte, Barreiro confirmaba la declaración de Salgueiro. "No fue la reunión que queríamos. Durante algo más de una hora vinieron, sobre todo vecinos de afuera de Sartal con la intención de boicotearla, pero también es cierto que muchos y no solo de Sartal, se quedaron después a la reunión", apuntaba el edil que confirmaba dos de los casos más flagrantes como el de las luces o los timbres, una acción que dividió más a los vecinos, lamentando generalmente la actitud de la que fue una minoría.
En la última media hora, sí permanecieron unos 40 vecinos interesados en conocer la versión del gobierno, divididos en grupos, cada uno con un concejal.
"Como conclusión sacamos que lo que más preocupa es sobre todo qué pasará con la concesión tras la prórroga (75 años, más la prórroga de otros 24), pero el artículo 13 dice claramente que habrá un derecho preferencial que el propietario o el heredero continúe con los mismos nichos. Es lo más lógico", señalaba Barreiro. También había preguntas por los problemas que resolvería la normativa como cambio realizados o compraventa que "la gente hizo como buenamente pudo", afirmaba Barreiro, señalando que la normativa prevé estos casos, así como solucionar los existentes. "Muchos podrán arreglar su situación pasando por el Concello", afirmó el Edil.
Por su parte, desde el PSOE, criticaron que no se le dejase al gobierno local dar su versión "que es la verdad".
Siguiente encuentro en Ucha
Tras el encuentro, el gobierno local manifestó su convicción por mantener el calendario de reuniones "aunque organizadas de otro modo", apuntó Barreiro quien cree que es necesario comentar en poco tiempo "las opiniones que están más sesgadas o falseadas y luego dejar que la gente pregunte".
Todos los encuentros serán a las 20 horas. El siguiente encuentro será mañana en Ucha, para seguirle en Vilariño (jueves) y Pereiro (viernes). La próxima semana les siguen Campelo (lunes), Liñares (martes) y la Camara Agraria (miércoles).
