"El reto del futuro: un esfuerzo de todos" fue el título escogido por Juan Güell para la lección inaugural del curso en el centro de la Uned de Pontevedra, que el pasado año contó con 5.674 matriculados, todos ellos, como recuerda el empresario, parte del mejor activo del país.
-¿Qué mensaje ha transmitido a los alumnos en la inauguración del curso?
-El mensaje principal es que la formación es el activo más importante de la generación que viene ahora, la formación y el talento que encierra esa generación, y a su vez ellos son el activo más importante que tiene España en estos momentos y es lo que hay que aprovechar, porque estamos en un mundo de 7.000 millones de personas y no vamos a poder competir en mano de obra porque cada vez más los países emergentes que van lógica y justamente a ir sumando al mundo productivo, con lo cual la competencia no podrá ser en costes, tendrá que ser en talento y en ese escenario el activo más importante son ellos.
-No es buena idea que los estemos echando fuera
-Es una pésima, pésima idea, es verdad que no queda más remedio porque no estamos dándoles las oportunidades necesarias pero también es verdad que hoy en España, aún siendo una pésima situación para aquellos jóvenes formados para quedarse en España, muchos tienen que aceptar trabajos por debajo de su cualificación y del sueldo que merecen, a pesar de todo eso es mejor su situación que aquellos con bajo nivel de formación, donde los porcentajes de paro y los problemas con los que se encuentran son muchísimo mayores.
-¿Perciben los empresarios una recuperación?
-Si, cada uno supongo que tendrá una lectura diferente en función del sector en el que se mueve y de las circunstancias específicas, pero en general la media diría que desde mediados de 2014 estamos en una fase de recuperación bastante sostenida. Lo que sucede es que cada vez la correlación entre recuperación y creación de empleo no se cumple, está siendo pequeña y parece que seguirá en el futuro, no es tan automático, el empleo se irá recuperando pero con más lentitud que el crecimiento de la economía.
-¿A qué atribuye esta falta de correlación?
-Se debe a factores tecnológicos y de regulación de nuestro propio mercado laboral, que al final penaliza a quienes contratan mano de obra, sobre a todo a quien lo hace de manera indefinida.
-¿Qué acciones recomiendan los empresarios?
-Invertir, recomiendo sobre todo invertir en I+D+I, en estos últimos años la inversión en investigación y desarrollo ha sido una de las grandes víctimas, y o invertimos en ellos o nuestro futuro está seriamente comprometido. El problema de España es que la inversión global en investigación y desarrollo es muy baja, de las más bajas de Europa, y aún es más trágico si nos fijamos en la I+D privada, la inversión privada en investigación y desarrollo es proporcionalmente, respecto a la pública y la privada de otros países, todavía más baja. Y le diría a los empresarios que apuesten por tecnologías y por estar compitiendo con países del primer mundo y con las armas del primer mundo, porque es donde tenemos nuestras posibilidades de futuro.
-¿Son competitivas nuestras empresas? ¿En qué fallamos?
-Es una interesante cuestión (risas) y complicada porque son multitud de factores; primero, no fallamos tanto, después de todo España ha dado una lección, pero creo que tenemos de entrada una estructura de costes grande, comparativamente con otros países tenemos algunos factores muy caros frente a otros no tan caros.
-Para empezar la mano de obra
-Una mano de obra no muy cara, y eso que podría parecer un factor saludable no lo es tanto porque a su vez si no pagamos bien a nuestros trabajadores éstos, globalmente considerados, si no cobran mucho provocan que el mercado local sea débil y por lo tanto tampoco compran y usted no vende los productos, es un círculo vicioso. Y frente a ese ejemplo sin embargo hay otros factores tremendamente caros, como puede ser que en nuestro país es muy cara la energía, muchísimo más cara que en los países del entorno, en nuestro país hay un altísimo coste regulatorio, tenemos muchísimas más leyes que en nuestro entorno, claro muchas de ellas no se aplican pero hay que leerlas, tenemos 19 parlamentos autonómicos generando normas todos los días y al final tenemos decenas de miles de normas en vigor que encarecen todos los protocolos empresariales. El otro día el Banco Mundial nos colocaba en el puesto creo recordar que en el puesto 33 o 37 en su informe sobre la facilidad para poner en marcha negocios, hablo de memoria y no cito con exactitud el puesto pero en todo caso uno de los peores de Europa y además hacía un desglose por comunidades autónomas y a Galicia nos ponía con Aragón en los dos últimos puestos, pues todo eso es por la cantidad normas que hay que cumplir y asumir para poner en marcha negocios. Y eso hay que intentar abaratar, abaratar costes y facilitar la flexibilidad.
-¿Nos podemos permitir, como hacemos, el lujo de desaprovechar la experiencia de los mayores y someter a los jóvenes al paro y a jornadas extenuantes?
-Es un tema (sonríe) que hace muchos años que me obsesiona, me obsesiona que estemos desperdiciando el talento de nuestros trabajadores solo por cumplir 65, le he leído unas declaraciones a Slim en las que decía que en el futuro deberíamos tener un máximo del 60 o 70% de las jornadas de trabajo que tenemos hoy y que nadie deje el sistema laboral, con una u otra fórmula, hasta los 75. Y la verdad es que cuando se diseñó el sistema de jubilaciones vivíamos muchísimos menos años, la proporción está cambiando de tal forma que cada vez hay menos contribuyentes efectivos y más vamos a decir clases pasivas, eso crece y crece y hay un momento en que va a ser insoportable. Lo curioso es que en este mundo cortoplacista en el que esa idea, que es matemática pura e indica que no se va a aguantar, en ese mundo cortoplacista decía en el que estamos nadie quiere poner ese tema encima de la mesa, como las elecciones son cada 4 años y además se celebran una o dos prácticamente cada año nadie quiere salir diciendo una cosa tan impopular; pero no quiero despistarme de su pregunta: ni podemos porque es un despilfarro de recursos de primer orden, de gente valiosísima, altamente formada y con experiencia, ni porque un elemental cálculo indica que el sistema no lo va a soportar. Es un tema que debería de estar en primera linea en la agenda política, pero salen otros, se insultan todos y nadie quiere tratar este tema a fondo, cuando es perentorio, simplemente no nos lo podemos permitir.
