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La toxina regresa a la ría y fuerza el cierre de seis de sus ocho polígonos de bateas

El último sector mejillonero clausurado es el Portonovo C y solo se salvan, por el momento, otros dos situados frente a Poio

Bateeiros de Combarro. // G. Santos

Los polígonos mejilloneros de la ría de Pontevedra, en especial los situados ante la costa de Poio, acumulan este año más de cien días de cierre por la presencia de toxinas. Y en el caso de uno de ellos, el denominado Portonovo C, esa cuenta aún puede subir. El Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño (Intecmar) acaba de decretar el cierre cautelar de este sector de bateas por la presencia de la toxina lipofílica. De este modo, de los ocho polígonos existentes en toda la ría (incluidos dos en la ría de Aldán y dos tres de Bueu) ya están cerrados actualmente seis y solo se salvan los dos ubicados más al interior, los denominados Portonovo A y B, frente a Poio.

La última resolución del Intecmar establecía la clausura, en la noche del pasado lunes, de un polígono de Poio, y se suma a así a las decretadas hace una semana en otro sector de Aldán y dos de Bueu. Dos polígonos más de estas mismas zonas ya están sin actividad desde hace unos meses. De este modo, la de Pontevedra es una vez más la más castigada por la toxina de todas las Rías Baixas, aunque en Vigo la situación tampoco es muy halagüeña, ya que están cerrados seis polígonos, pero siete aún están en funcionamiento. Por su parte, en Arousa la actividad es plena.

Por el momento las clausuras solo afectan a las bateas de mejillón y los bancos marisqueros están libres de la toxina. Los mejilloneros del polígono Portonovo C, ahora cerrado de nuevo, ya acumulan esta año 139 días sin poder extraer mejillón, mientras que en Portonovo A son 114 y 156 en el B. El pasado año, desde octubre ya no hubo episodios en la ría. De hecho, los bancos del fondo de la ría (con 85 días de cierre este año) ya dejaron de sufrir estos problemas en agosto.

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