La memoria técnicos del ingeniero municipal se acompaña de un estudio ambiental con las medidas oportunas para "evitar afecciones al río" con la obligación de "extremar durante la ejecución de las obras las medidas para que no se produzcan vertidos accidentales". Así, "se prohibe verter en los cauces restos de hormigón y cemento o lavar materiales o herramientas". Tampoco se "invadirá la zona de servidumbre de los cauces más que en aquellas zonas cuya afección sea imprescindible para la realización de las obras".
Otra advertencia impide "captar aguas de los cauces naturales, salvo explícita autorización que indique la cantidad" y se apunta que "se colocarán barreras retenedoras de arrastres de sólidos en el perímetro de ocupación más próximo a los cursos de aguas; serán tupidas, de madera, geotextil o de cualquier otro material que impide que lo extraído en la excavación pueda depositarse en los cauces". En todo caso, cualquier actividad en las inmediaciones del río debe ser autorizada por Augas de Galicia.
