Más de seis mil millones de euros y casi 300 años de cárcel es la pena que el fiscal solicita para la veintena de integrantes de la supuesta red criminal liderada por el cambadés Ramiro Vázquez Roma a la que en 2007 se le incautó un alijo de cuatro toneladas de cocaína en una operación por mar.

La Sección Cuarta de la Audiencia de Pontevedra ha reservado una sala especial del Palacio de Justicia para la celebración de este macrojuicio que se desarrolla a partir del 1 de octubre, según las previsiones dadas a conocer ayer.

Junto al presunto líder de la banda se juzga a Juan Antonio Garre, Jorge Lorenzo, Samuel Gómez, José Vázquez Roma, Belén Cordeiro, Santiago Casal, Emilio Sineiro, José González, Alexander Sinitsyn, Daniel Dios, Digna Vázquez y Pablo Vázquez.

Todos ellos, afirma el ministerio público, "formaban parte de una organización criminal que tenía como finalidad última y exclusiva, la introducción en España y el tráfico ilícito de estupefacientes, principalmente cocaína, para lo cual contaban con diversos medios especialmente complejos y específicos, así como una estructuración jerarquizada y con un preciso reparto de funciones o cometidos".

Expone el fiscal en su escrito que José Ramiro Vázquez Roma "puede ser considerado el jefe y director de todo el entramado delictivo pues él era quien establecía los contactos con los suministradores de cocaína y con los destinatarios de la misma".

A la vez era quien ostentaba "la titularidad material, aunque no formal, de una parte del astillero Vianapesca, utilizado por la organización para construir las embarcaciones que habrían de emplear para llevar a cabo los alijos de cocaína, así como para vender otras que, con este mismo fin, les eran adquiridas por otros narcotraficantes". Su lugarteniente, en opinión del fiscal, es Jorge Lorenzo Santiago, socio y gerente de la anterior empresa con sede en Viana do Castelo.

Por su parte a José Antonio Garre le atribuye el papel de mantener el contacto con los sudamericanos exportadores de la cocaína.

Y a su sobrino José Manuel Vázquez Roma se le relaciona con tareas de vigilancia en las zonas donde supuestamente iba a producirse el desembarco de la droga entre el 28 y el 29 de octubre de 2007, función que se atribuye a otros de los procesados que desde el jueves se sientan en el banquillo de la Audiencia de Pontevedra.

Expone el fiscal que esta organización pretendía en esas fechas de finales de octubre de hace ocho años introducir una importante cantidad de cocaína en las costas españolas "a través de dos lanchas semirrígidas de aproximadamente 10,5 metros de eslora y equipadas con potentes motores, que habían sido construídas para este exclusivo fin en el astillero de Vianapesca, sito en Viana do Castelo (Portugal), desde donde salieron el mismo día de la operación de narcotráfico, con el fin de llevar a cabo el plan preconcebido".

Añade el escrito de acusación que en los días inmediatamente posteriores al 15 de octubre de 2007, "el procesado Ramiro Vázquez Roma comenzó a tener contactos con Juan Antonio Garre y con otra persona cercana a este grupo, representante de los exportadores de cocaína y que finalmente no pudo ser identificada, con el fin de ultimar los preparativos para la introducción de una importante partida de cocaína".

Añade que el 25 de octubre, Roma "encargó a Jorge Lorenzo el pertrecho de las embarcaciones" lo que implicaba la instalación de los equipos de comunicación de radar, así como el abastecimiento del combustible necesario.

Durante los días 27 y 28, agrega, "Roma mantuvo contactos y reuniones con diversos miembros de la organización que habrían de encargarse de las vigilancias necesarias para asegurar el éxito de la operación, impidiendo el control policial, así como del desembarco de la droga en la costa y su transporte a un lugar seguro". El último de los días, a las 20,30 horas, "dio las instrucciones precisas para la distribución por distintos lugares de sus subordinados", así como "para que encendieran sus teléfonos móviles de seguridad que habrían de utilizar aquella noche, evitando de esta manera el posible control judicial de las comunicaciones".

La operación, sin embargo, pudo frustrarse el 29 de octubre a las dos de la madrugada cuando el helicóptero y las dotaciones marítimas de Vigilancia Aduanera "pudieron localizar las dos embarcaciones semirrígidas cargadas de cocaína que ya se estaban esperando en tierra".

Explica el fiscal que cuando se vieron sorprendidos "dirigieron su rumbo, una de ellas, a la playa de Mourisca (Bueu) y la otra a la ría de Arousa, desprendiéndose esta última durante la navegación de varios fardos de cocaína que fueron arrojados al mar para embarrancar finalmente en la zona conocida como Meloxo, pudiendo darse a la fuga los tripulantes de ambas embarcaciones.

En la lancha de A Mourisca se incautaron 2.562 kilos de cocaína y en la otra 1.926 kilos, cuyo precio estimado en el mercado era de más de 90 millones de euros.