Tres vecinos de Granada, Almería y Madrid estaban citados por la Sección Cuarta de la Audiencia de Pontevedra para ser juzgados ayer como presuntos autores de un delito de estafa al haber colaborado con una mafia ucraniana para vaciar la cuenta bancaria de una empresa de viajes radicada en Pontevedra. Finalmente, no fue necesaria la celebración del juicio, dado que se llegó a un acuerdo con la Fiscalía para pactar unas penas mínimas de prisión y la condena de los tres a devolver los cerca de 27.000 euros que los ciberdelincuentes ucranianos retiraron en distintas ocasiones de las arcas de esta firma de la capital del Lérez.

Además, los acusados (salvo uno que deberá ratificar el acuerdo en breve) asumieron penas de 9, 11 y 3 meses de prisión después de que se les aplicasen las atenuantes de dilaciones indebidas y, en alguno de los casos, de reparación del daño, puesto que ya abonaron parte del dinero que fue retirado de las cuentas de esta agencia de viajes.

El cometido de estas tres personas era el de actuar de "correos" o "mulas" para los ciberdelincuentes que actúan en países del Este. Tras hacerse con las claves de banca electrónica de esta empresa utilizando para ellos el método conocido como "phising" (es decir, la obtención de información sensible del cliente de un banco enviándole un correo electrónico en el que simulan ser la propia entidad bancaria), los ciberdelincuentes lanzaron una oferta de empleo en la que buscaban personas cuyo cometido era recibir el dinero que ellos retiraban de estas cuentas para otras a nombre de estos "correos". Luego, el papel de los acusados era retirar el dinero de sus cuentas para enviarlo en metálico y por mensajería a Kiev, en Ucrania, como así hicieron. A cambio se quedaban con una comisión del 5%. El fiscal considera que los acusados sabían el origen del dinero dado que sus "empleadores" les daban instrucciones para que dijesen que el dinero se lo enviaban a un amigo en Ucrania si eran preguntados por ello.

Los abogados de las defensas señalaron ayer al término del juicio que llegar hasta los ciberdelincuentes, los autores reales de la estafa, es realmente complicado. Pese a que los envíos se realizaban a nombre de personas concretas en Kiev probablemente se trataba de identidades falsas utilizadas tan solo para recibir los envíos de dinero.

Además, se ocupan de ocultar cualquier rastro que puedan dejar en la red. En este caso, las mafias ucranianas piratearon la dirección IP de un usuario de internet en el País Vasco desde la que se hicieron las transferencias de dinero de banca online de las cuentas de la agencia de viajes de Pontevedra a las de las "mulas" o "correos" ahora condenados. Cuando la Policía Nacional acudió a la vivienda de este ciudadano vasco no tenía ni idea de lo que le estaban hablando y su sorpresa fue mayúscula.

El banco, en este caso el BBVA, se hizo cargo de devolver a la agencia de viajes de Pontevedra todas las cantidades que fueron retiradas por los ciberdelincuentes por lo que ahora los acusados deberán reintegrar el dinero a la entidad bancaria.