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De O Grove al Polo Sur · Los soldados ultiman su preparación

La Antártida espera la llegada de España

Los militares que se entrenan en O Grove afrontan con ilusión y responsabilidad el reto que les espera en el continente helado

Una foca al lado de equipos de comunicaciones del Ejército de Tierra en el Ártico. // E.T.

La "Campaña Ártica" del Ejército de Tierra, que continúa con sus preparativos en aguas de O Grove, tiene como objetivo "mantener la presencia de España" en el Polo Sur, "en cumplimiento de los acuerdos suscritos por nuestro país en el marco del Tratado Antártico y velando por el estricto cumplimiento y respeto a la legislación internacional relativa a dicho continente".

En cierto modo puede decirse que el futuro del planeta está en manos de esos soldados que en noviembre partirán hacia el continente helado para, durante noventa días, apoyar y proteger a la comunidad científica, desplegando todo tipo de proyectos con los que determinar cuestiones como la incidencia del cambio climático.

Los trece militares desplazados en O Grove estos días, para realizar todo tipo de ejercicios con el propósito de familiarizarse con el manejo de las embarcaciones neumáticas y los trajes especiales que van a utilizar -capaces de resistir las gélidas temperaturas que se van a encontrar-, estarán al lado de la comunidad científica nacional e internacional en las labores de investigación que se llevan a cabo desde hace años en la isla Decepción y otros lugares del territorio antártico.

Ellos son los encargados de la logística, es decir, de todo lo relacionado con la alimentación, la infraestructura, los motores y la sanidad en la Base Antártica Española (BAE) del Ejército de Tierra bautizada como "Gabriel de Castilla".

Pero también se ocuparán de las telecomunicaciones y, por supuesto, de la gestión medioambiental, "incluyendo la monitorización del impacto medioambiental por actividades humanas como el turismo".

Asimismo, van a garantizar los desplazamientos por tierra y mar, velando siempre por la seguridad de los científicos ante las más que previsibles situaciones de emergencia que puedan producirse, derivadas de la compleja orografía y la climatología extrema en el continente helado.

Sin impacto medioambiental

"Mantener en adecuadas condiciones de empleo las instalaciones, material y equipo de la base, posibilitando el desarrollo de los trabajos de investigación y experimentación con el menor impacto medioambiental posible en la zona" es otro de los objetivos marcados, como lo es "desarrollar proyectos de investigación y experimentación de interés para el Ejército de Tierra" y "dar a conocer a la sociedad en general, al mundo científico y a la institución militar en particular, la presencia y actividades del Ejército en la Antártida".

Aprovechando el verano austral -desde mediados de noviembre hasta principios de marzo-, cuando el frío aprieta en España, estos soldados estarán lejos de sus familias para participar en el Programa Nacional de Investigación, con acciones como el "Proyecto sismo-volcánico" de la isla Decepción o el "Proyecto de vigilancia de la actividad volcánica".

En anteriores campañas incluso se desarrollaron iniciativas como el "Proyecto Pinguclim", centrado en el estudio de los efectos del cambio climático sobre la fisiología de los pingüinos antárticos.

Estrecho de Drake

No será fácil desarrollar estos y otros proyectos, como tampoco lo es llegar a la isla Decepción, ya que esto requiere cruzar el siempre temido paso de Drake, entre el extremo más meridional de América del sur y la Antártida.

Explican en el Ejército que "aprovechando los espacios entre las borrascas que continuamente lo azotan, el buque de investigación oceanográfica 'Hespérides', operado por la Armada Española, lo cruzará repetidas veces en esta campaña, constituyendo la garantía de apoyo a las bases españolas".

De este modo se dará continuidad a una experiencia puesta en marcha a finales de 1988, cuando se instaló en la isla Decepción el entonces refugio militar "Gabriel de Castilla", pensado "para apoyar los trabajos de investigación y levantamientos topográficos que allí se estaban realizando en ese momento".

Además de la base "Gabriel de Castilla", gestionada por la División de Operaciones del Estado Mayor del Ejército de Tierra, y del buque "Hespérides", el contingente español en la "Campaña Antártica" está formado también por la base "Juan Carlos I", gestionada por la Unidad de Tecnología Marina del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), situada al sureste de la isla Livingston, en el mismo archipiélago de las Shetland del Sur del que forma parte Decepción.

Ese, a 13.000 kilómetros de España, será en noviembre, diciembre y enero el hogar del contingente que ahora se prepara en O Grove, formado por el comandante Alberto Salas Méndez, destinado en Pontevedra desde 2012 y jefe de la campaña; el también comandante Fernando Rodríguez Alfranca, jefe de logística; el comandante pontevedrés Pedro Solís Rincón, al frente del área de Medio Ambiente; el comandante Gonzalo de la Fuente Rabazo, responsable de Medicina; y, en Movimiento y Navegación, el brigada Moisés Los Huertos Briz.

Junto a ellos, el capitán Eduardo Macías Martínez (Comunicaciones), el sargento Francisco Javier Jiménez Leal (Motores), el subteniente Luis Miguel Lavilla Revuelto (Instalaciones), el cabo Gonzalo Gutiérrez Ingelmo (Alimentación), el sargento ourensano Diego Núñez Macías (Comunicaciones), José Francisco Garcés Vivancos (Motores), el sargento Fernando Pérez Rivero (Mantenimiento de Instalaciones) y el cabo Germán Crespo Díez (Alimentación).

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