Los dramas anónimos causados por la crisis dejan una evidente constancia en las estadísticas económicas. El área de Pontevedra ha sido testigo de cómo la crisis se cebó especialmente con casi 7.000 de sus habitantes, dejándolos en una situación de riesgo de pobreza. Un número que se añade al que ya existía en 2007 y que deja en más de 22.400 el total de ciudadanos que tienen que subsistir con el 60 por ciento o menos de la media de ingresos de la población en su conjunto.
El porcentaje de habitantes de la comarca que se encuentran en riesgo de pobreza ha aumentado de forma considerable, desde el 13,23 que había en 2007 a los 18,37 que recoge la última anualidad estudiada por parte del Instituto Galego de Estatística, la de 2013, Si en los tiempos de bonanza eran unas 15.500 personas las que se encontraban en estas circunstancias (entre una población comarcal que se situaría en 120.000), el constante empeoramiento de la economía y del mercado laboral hizo que éstas se extendieran a prácticamente la quinta parte de la población a lo largo de todos estos años.
El incremento proporcional es uno de los más elevados de las principales áreas urbanas gallegas y, de hecho, solo A Coruña registró un peor comportamiento al pasar de una tasa de riesgo de pobreza del 8,29% en 2007 al 15,04 en 2013. Además, Pontevedra y su entorno también se mantienen en la parte alta de la clasificación en cuanto a la última tasa disponible. El 18,37 por ciento de población en riesgo de pobreza solo es superado por el 18,48 que se da en el área de Vigo. A ambas zonas les siguen Ferrol (18,16%), A Coruña (15,04), Ourense (14,69), Santiago (12,14) y Lugo (11,17).
Arope
Los datos que proporciona el IGE para el área de Pontevedra (incluye la capital, A Lama, Barro, Campo Lameiro, Cotobade, Poio, Ponte Caldelas y Vilaboa) muestran la misma tendencia que el indicador Arope en el que se recogen registros para la ciudad del Lérez. Según éste, son algo más de 17.000 los pontevedreses que afrontan serias dificultades económicas. En concreto es el 20,62 por ciento de la población, a tenor de un indicador cuyas siglas en inglés (at risk of poverty or social exclusion) se traducen como población en riesgo de pobreza y exclusión- se enfrentaría a este adverso panorama.
Por otro lado, en lo que respecta a la situación municipal, los datos del indicador Arope chocan con los datos de gasto en políticas sociales que se conocieron en la primera mitad de este año y que sitúan al municipio a la cola del conjunto de capitales de todo el Estado. El Ayuntamiento destina 48 euros por habitante y año, dato que se obtiene del informe que el Ministerio de Hacienda publicó tras analizar el conjunto de políticas de asistencia a jóvenes, infancia, mayores, minusválidos o fomento del empleo. Mientras la mayoría de las urbes destina entre 60 y100 euros, la ciudad del Lérez se queda en última plaza, compartida con Teruel. No hay en esta lista, elaborada tras un análisis a las cuentas de 2013, urbes con menor aportación a estas actuaciones. Según las cifras del ejercicio presupuestario del pasado año, Sevilla es la primera entre las capitales de provincia y grandes ciudades (191 euros por vecino) de esta relación, seguida por Lleida (185), Ávila (177 euros), Lugo (157), Logroño (151) y Soria (150 euros por habitante).
