El pleno de la Diputación de A Coruña guardó ayer un minuto de silencio para condenar el doble crimen de Moraña. Esta institución se sumó así a los actos en señal de respulsa que se sucedieron el día antes en diversas instituciones de toda Galicia.

David Oubel, el acusado del doble parricidio de Moraña, será trasladado de A Lama a una cárcel fuera de Galicia ante las amenazas de muerte que recibe de otros reclusos en el centro penitenciario pontevedrés, según pudo saber este periódico de fuentes judiciales. La juez del caso ya habría dado permiso para el traslado.

De momento no se ha querido precisar exactamente qué prisión será la que le acoja para atenuar la repercusión entre la población de internos. La intención es que su ingreso pase lo más inadvertido posible para evitar situaciones de potencial riesgo como las que se estaban empezando a advertir en las poco más de 72 horas que hasta ayer habían transcurrido desde que la juez de Caldas decretó su ingreso en prisión.

David Oubel permanece desde entonces en una celda individual acristalada, con un recluso colindante que le vigila para evitar que se autolesione, en la enfermería de la cárcel de A Lama.

El presunto parricida se ha convertido en blanco de las amenazas de otros reos desde que llegó. Los gritos de "asesino", a los que se suman frases en las que Oubel escucharía con total claridad que le amenazan de muerte, son frecuentes. Otra de las circunstancias que también ha pesado en la decisión de proceder al traslado es la presencia e el centro penitenciario de A Lama de presos de Moraña, el municipio donde el acusado tiene la vivienda en la que sus dos hijas de 4 y 9 años aparecieron degolladas con una sierra radial.

El atroz crimen ha suscitado conmoción en la cárcel según apuntaban esta semana desde la plantilla, subrayando. "Aquí la gente también tiene corazón y este crimen ha causado una enorme consternación"., afirmaron a este periódico. El alcance que entre la población de internos han tenido los macabros hechos obligó en su momento a poner en práctica planes de prevención para velar por la seguridad del detenido, puesto que la llamada "ley de la cárcel" suele fijar su atención en quien comete crímenes contra niños.

Y estas fuentes también indicaron que pese al horror que habría causado y el ambiente tan hostil y amenazante que se ha encontrado en la cárcel, la actitud de David Oubel parece estar lejos de la del arrepentimiento. "Sigue como en una nube, como si no se hubiese dado cuenta de lo que ha hecho", aseguran desde la cárcel, incluso calificando su actitud de "muy prepotente y chulesca".

Desde la Fiscalía se aludió ayer a los protocolos de prevención que hay que poner en práctica en casos como estos. "Instituciones Penitenciarias tiene competencia para adoptar esas medidas y el preso preventivo tiene que estar separado", se apostilló desde el ministerio público.

Por otra parte, el traslado de David Oubel a otra prisión solo ocasionaría el contratiempo de tener que desplazarlo desde más lejos si se optase por una reconstrucción de los hechos. Desde la Fiscalía apuntaron ayer al respecto que esa opción dependerá de cuáles sean los resultados de las pruebas que se han practicado. "Si será necesaria una reconstrucción de los hechos dependerá un poco de lo que haya recabado la Policía Científica con todo el tiempo que necesite", se indicó desde el ministerio.

Una eventual reconstrucción podría ser un impulso para una investigación que trata de esclarecer todos los interrogantes de un atroz crimen en el que perdieron la vida dos niñas de solo cuatro y nueve años. Lo que ha trascendido hasta el momento es que David Oubel supuestamente empleó una sierra radial para matar a sus dos hijas en la mañana del pasado viernes. Fallecieron degolladas, si bien esa misma herramienta se había utilizado para causarles las mutilaciones que los cuerpos presentaban en la zona de la boca y otras partes del rostro.

Después de cometer ambos asesinatos -calificación a la que ha aludido al Fiscalía por la existencia de agravantes- el padre se había practicado cortes en al menos las muñecas para encerrarse en el baño, donde fue encontrado por los agentes de la Guardia Civil. Las heridas causadas obligaron a su traslado a Montecelo, pero recibió el alta médica poco después. Esas heridas resultaban superficiales y no representaban riesgos vitales.

Desde la tarde del viernes, y según han confirmado diversas fuentes, David Oubel se había mantenido en silencio a la hora de prestar declaraciones. Este morañés de 40 años se negó a hablar ante los agentes, de igual modo que se acogió a ese mismo derecho ante la juez de Caldas. Su abogado, con despacho en la comarca del Umia, apeló al secreto sumarial para indicar cómo se declaraba su cliente y si reconocía o no unos hechos que habría confesado en una nota dirigida a Rocío Viéitez, su exmujer y madre de las víctimas.

El padre del presunto parricida sufrió una crisis médica tras conocer el crimen de sus nietas. Aquejado del corazón, precisó de asistencia en el centro de salud de Caldas ante el riesgo de que pudiese sufrir un infarto.