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2015, el peor año para una actividad que da trabajo a más de 600 personas

La toxina asola el marisqueo en la ría y amenaza a un sector que suma este año 75 días sin faenar

La marea roja provoca que en este mes ya se superen los días de cierre con respecto a 2014 -Las cofradías advierten de la pérdida de mercado y de la falta de prestación en algunas familias y piden soluciones efectivas

Un grupo de mariscadores en la playa de Lourizán en una imagen de archivo. // Rafa Vázquez

"El sector está desconfiado y parece que vamos para peor. A este ritmo va a haber un caos total". De este modo definía ayer María del Carmen Vázquez, patrona mayor de la cofradía de Lourizán la situación de la ría. Desde el pasado 24 de junio permanecen cerradas todos los polígonos marisqueros de la ría debido a la presencia de la toxina. Un duro contratiempo para el sector, que apenas llevaba un par de semanas trabajando debido a la anterior presencia de la toxina. A fecha de ayer, el número de días de días de parón ya supera al de 2014 por estas mismas fechas, en lo que fue un año de por sí negro.

Desde hace unos días, los mariscadores de las cofradías de Raxó, Pontevedra y Lourizán se acogieron al cese laboral para acceder a la prestación económica. A cambio están dados de baja en la Seguridad Social, con lo que tampoco pueden realizar otro trabajo. La situación para el sector se produce en plena campaña de verano, según coincide Vázquez con el patrón mayor de Pontevedra, César Rodríguez. "No podemos tener la playa parada en verano", indica Rodríguez, mientras que su homóloga de Lourizán señala, "no queremos ayudas económicas, queremos soluciones para poder trabajar".

Las sensaciones dentro del sector son muy negativas. "Parece que va a ser peor que el año pasado", indicaba Rodríguez, mientras que Vázquez comparaba la situación de la ría con la crisis de la construcción. "Los que vivimos del mar pudimos ir aguantando, pero ahora nos toca a nosotros: se abre la veda para el pulpo y no hay; la nécora, por debajo de lo esperado; la mortandad del berberecho y este año paramos dos meses, trabajamos quince días y ya tenemos que volver a parar", lamenta Vázquez.

Por lo pronto, los datos empeoran los del año pasado. Durante 2014 los episodios de toxina y marea roja provocaron un importantes daños al sector, que solo pudo trabajar a lo largo de la temporada 112 días en la zona IV y 95 en la zona V, la situada en el fondo de la ría y donde más extracción de moluscos se realiza. En los últimos seis meses hasta ayer, las mariscadoras ya se han tenido que quedar en casa en 73 días en la zona IV y 75 en la V, mientras que el año pasado, contando todo el mes de julio, pararon 80 y 62 días respectivamente.

Cerca de unas 600 familias en la ría están ahora con el cese de trabajo por culpa del cierre de los bancos, aunque no todas cobran la prestación. Según recordaba Rodríguez, autónomos que llevan menos tiempo en el sector ya agotaron las ayudas económicas a los que tienen derecho.

Otro de los problemas más a medio o largo plazo está en la pérdida de mercado. Cofradías y administraciones están volcadas en fomentar el consumo en la lonja de Campelo, pero estos días apenas tiene producto. "Los clientes vienen, si no encuentran se van a otra o cogen producto foráneo. Ellos tienen que tener su suministro y si saben que en otro sitio lo tienen seguro pues significa que nosotros perdemos clientes", explica Vázquez, que considera que recuperar la confianza de estos compradores es complicada "sobre todo porque paramos en una época fuerte como es el verano, que junto con las Navidades es la más importante para nosotros", señala.

Por lo pronto, los mariscadores ya no podrán contar este mes con la celebración de la Festa da Ameixa de Poio. "No podemos hacerla si no tenemos productos de la ría. Así como el año pasado arriesgamos y se abrieron los bancos marisqueros a tiempo, este año no podemos ser tan optimistas y suspendimos la fiesta", señalaba el concejal, José Luis Martínez. La nueva fecha de los festejos podría ser en el próximo mes de septiembre.

Problemas de contaminación

Aunque mantiene que "la marea roja es más un proceso natural que inducido", el investigador del Instituto de Investigaciones Marinas del CSIC, Ricardo Pérez Reboredo, mantiene que estos episodios aumentan cuanto más queda retenida el agua dentro de la ría y que "los contaminantes que se vierten a la ría aumentan su impacto y se hacen más favorables las condiciones para que aumente la marea roja".

"Antes los episodios de toxina duraban un mes y trabajabas el resto del año, ahora es al revés", recuerda Rodríguez. "Llevamos dos años que quedarán en la memoria. Estamos muy descontentos con la situación. Necesitamos que nos den respuesta, lo que hace falta es más investigación, que estén más con nosotros viendo la realidad. Nos estamos reuniendo constantemente, pero lo que hace falta es voluntad para encontrar una solución", sentencia Vázquez.

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