Un vecino de Ribadumia, Ramón S. L., que trabajaba en el bar propiedad de su hermano en esta localidad, negó ayer que vendiese sustancias estupefacientes en este establecimiento, concretamente cocaína y marihuana. Asegura que las 12 dosis que le fueron incautadas durante una inspección de la Guardia Civil eran para autoconsumo. En total eran 5 gramos de cocaína a los que hay que sumar otros tantos de marihuana.

El acusado aseguró que es consumidor habitual y que ese día tenía las dosis en el bar dado que "las había comprado esa misma tarde". Además se le intervinieron 330 euros que el fiscal cree que provienen de la venta de estupefacientes. Él asegura que llevaba encima esa cantidad de dinero porque era sábado y luego "tenía pensado salir". Los agentes declararon que se trataba de una inspección administrativa en la que localizaron la droga y que cuando entraron en el local el acusado huyó hacia la trastienda. No observaron que el acusado realizase ninguna transacción de droga en el bar. El fiscal mantiene su petición de 7 años de cárcel.