La plantilla del Complexo Hospitalario de Pontevedra (CHOP) protesta por el recorte de camas que se empieza a aplicar en estas fechas. Una concentración a las puertas del Provincial, Montecelo y también diversos centros de salud del área sanitaria escenificó este malestar. La puesta en marcha de estas movilizaciones fue la primera decisión de la nueva junta de personal constituida este pasado jueves. Tomada por unanimidad, la decisión del colectivo que ahora dirige Carolina Iñarrea (Prosagal) se adopta contra una política que según se ha denunciado no solo reduce la capacidad de ingresos, sino que mantiene cerradas diversas unidades de atención hasta cinco meses.

Varias decenas de trabajadores tomaron parte en las concentraciones que se desarrollaron a las puertas de los centros hospitalarios y asistenciales. Entre ellos estaban representantes de diversas formaciones sindicales que incidieron en el "masivo" cierre que se lleva a cabo desde este mes. Algo por lo que el Servizo Galego de Saúde opta anualmente semanas antes de que arranque la campaña estival. Y todo "a pesar de las listas de espera", se comentaba en estas concentraciones.

Las consecuencias van más allá. De hecho los trabajadores del CHOP han aludido a que la decisión de cerrar camas implica, además, un mayor negocio para los centros privados con los que el Sergas mantiene concierto. Y es que, según se afirmaba en estas concentraciones, la medida repercute directamente en derivaciones de pacientes y, por tanto, en negocio para la sanidad privada. Algo que repercute también sobre los trabajadores de los centros públicos. "Se deja de contratar personal y se sobrecarga a los trabajadores actuales", indicaban en estas concentraciones, rechazando la que califican como "excusa" de no haber dinero para pagar a quienes cubran las vacantes.

Desde la junta de personal, su presidenta ya comentaba en estos primeros días desde su toma de posesión que los cierres van más allá de una reducción de camas, indicando que determinadas unidades inician ahora un cierre que puede prolongarse hasta cinco meses. "Nosotros vamos a pelear por todos los derechos perdidos y por una sanidad pública", exponía Carolina Iñarrea poco después de convertirse en la máxima responsable de la junta de personal después de que la plataforma Prosagal -al que se ha rebautizado como el Podemos sanitario- arrollase en las últimas elecciones obteniendo nueve representantes, más del doble que cualquiera de las otras formaciones.

Por otro lado, los representantes de los diferentes colectivos sindicales abordarán en próximos encuentros la posibilidad de mantener más protestas como las de ayer en señal de rechazo a esta política sanitaria. De hecho, las centrales que integran la junta de personal mantendrán una asamblea para decidir sin continúan con concentraciones de protesta o llevan a cabo actuaciones más contundentes de denuncia.