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Juan Turnes Vázquez: "Una de cada cuatro personas tendrá una enfermedad digestiva, son muy frecuentes"

El servicio que encabeza y que el próximo día 29 festeja el Día Mundial de la Salud Digestiva atiende cada año a unos 1.100 pacientes ingresados y más de 18.000 consultas

Juan Turnes Vázquez.

Una alimentación equilibrada y con suficiente fibra, hidratarse convenientemente, ejercicio moderado, evitar las comidas copiosas y optar por fraccionar la alimentación... Son algunas de las recomendaciones que recuerdan expertos como Juan Turnes Vázquez al aproximarse el Día Mundial de la Salud Digestiva, una invitación saber más de nuestro cuerpo y como cuidarlo y, especialmente, a informarse sobre síntomas como la dispepsia y el reflujo gastroesofágico, a los que se dedica en este 2015 la conmemoración internacional.

-¿A cuántos pacientes atiende al año su unidad?

-Nuestra unidad está en un hospital que atiende a alrededor de 310.000 habitantes y el servicio de Digestivo en concreto tiene una actividad bastante variable, de modo que lo correcto sería plantearse a cuántas personas atendemos en nuestras áreas de trabajo, por ejemplo atendemos en torno a 1.100 pacientes ingresados cada año, alrededor de 18.000 personas atendidas en consultas externas y hacemos en total unas 14.000 endoscopias al año, que son nuestros tres pilares de actividad del servicio.

-¿Cuáles son las patologías que tratan con más frecuencia?

-Son en realidad las mismas que en otros servicios de Digestivo, básicamente entre un 20 y un 25% de toda la patología que vemos se encuadraría dentro de la dispepsia, lo que habitualmente las personas llaman gastritis y la enfermedad de reflujo gastroesofágico, que precisamente son las dos dolencias a las que se dedicará este mismo mes, en concreto el próximo día 29, el Día Mundial de la Salud Digestiva, que se centrará en estas patologías, las más frecuentes a nivel digestivo entre la población.

-¿Qué causas provocan estas dolencias?

-Son enfermedades multicausales, que tienen varias causas identificables y en ocasiones hay una alienación de varias causas que las producen. Hasta hace aproximadamente 30 años se atribuían a situaciones de nerviosismo, a la toma de determinados medicamentos, no se sabía demasiado, pero desde mediados de los años ochenta sabemos que hay una bacteria, que se llama Helicobacter pylori, que es de hecho la única bacteria capaz de vivir en el estómago, que es un medio muy hostil por el ácido, pero esta bacteria es capaz de vivir en este medio y es capaz de producir inflamación del estómago e incluso cáncer de estómago. Pero no todo el mundo tiene esa bacteria, en España la tiene menos de la mitad de la población, más o menos cuatro de cada diez personas, tengan o no síntomas, así que la bacteria no es la única causa, hay otras que no conocemos bien, en muchos casos personas que hacen tratamientos crónicos, sobre todo con antiinflamatorios que son unos de los fármacos que debilitan la pared del estómago, les hace más susceptibles a la inflamación del estómago, es verdad que el estrés contribuye a tener estos síntomas.

-¿Estas enfermedades son muy frecuentes?

-Mucho, hay que recordar que son muy frecuentes, en general si cogemos a cualquier persona al azar entre la población el riesgo de que tenga a lo largo de su vida una enfermedad intestinal es de un 25%, es decir cualquier persona puede desarrollar una de estas dos dolencias pero hoy tenemos excelentes tratamientos. Hablamos de si cogemos a una persona al azar, si bien lógicamente los mayores tienen más riesgo porque toman medicación, pero si que son más frecuentes, una de cada cuatro personas desarrollará a lo largo de su vida una enfermedad intestinal, al menos un episodio de dolor, de acidez, persistente, que requiera ir al médico y tratamiento.

-¿Cómo se comportan estas dolencias?

-Habitualmente en brotes, la enfermredad está activa durante unas semanas, unos meses, se trata y puede la persona estar totalmente asintomática el resto de su vida.

-¿Se pueden prevenir tanto la dispepsia como el reflujo gastroesofágico?

-Se puede reducir al máximo el riesgo de que aparezcan, por ejemplo a nuestros pacientes además de darles una medicación apropiada para sus síntomas, le damos una carpeta con consejos sobre hábitos de vida, alimentación, pautas que no curan la enfermedad porque realmente solo la evitan, pero si que reducen la intensidad de los síntomas y el número de recaídas. Hay que apostar por una alimentación sana y no tanto ya por los alimentos que comemos como por las malas costumbres que se han instaurado entre nosotros a la hora de comer: desayunar muy poco y muy rápido, hacer almuerzos y cenas muy copiosas, olvidando costumbres sanas como almorzar pequeñas cantidades en torno a las 12 de la mañana y una pequeña merienda, como una pieza de fruta o un pequeño sandwich, no bastar todo en desayuno, comida y cena sino repartirlo un poco más, todo eso reduce el riesgo de estas patologías.

-También recomienda comer tranquilo.

-Totalmente, nuestra vida es cada vez más apresurada y ahora en vez de tiempo para la comida parece que lo enfocamos como una fracción de tiempo para ingerir alimentos, cuando hay que masticar la comida, lo que significa que vamos a comer más despacio, que la alimentación llegará al estómago más digerido o al menos una parte de hecho, de modo que el estómago realizará un esfuerzo menor.

-¿Es cierto que nuestro sistema digestivo funciona como un segundo cerebro?

-El estómago y el comienzo del intestino, el duodeno, tienen un complejo sistema de señalización nerviosa que es capaz de identificar no solo la llegada de comida sino que es capaz de anticiparse a su digestión, es decir preparar anticipadamente las sustancias necesarias para digerir los alimentos, antes incluso de que comamos nada, simplemente por ejemplo por el hecho de acercarnos a una mesa con comida; cuando se acerca nuestra hora de comer este control neurológico y nervioso del estómago inicia, podríamos llamarlo así, la preparación de la ingesta. Además cuando comemos envía mensajes al cerebro que indican si estamos satisfechos con la comida, si es suficiente, y si es así pone en marcha los mecanismos para que nos sintamos saciados y no comamos indefinidamente. Es un campo sobre el que se está investigando ampliamente, sobre todo por los problemas de sobrepeso de la población, estamos indagando en los mecanismos que llevan a la saciedad, porque hay mecanismos hormonales con control nervioso que regulan esa sobreingesta, la necesidad de seguir comiendo, eso se produce a nivel del estómago y el intestino.

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