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El sector naval de la ría despide al megavelero de 137 metros tras siete años de adversidades

La empresa Nodosa fija para mañana lunes la botadura de la embarcación, propiedad ahora de Bankia -La desaparecida Factoría Naval no realizaba obras desde 2012

El casco del mayor velero del mundo, en las dependencias que ocupaba Factoría Naval. // S. Álvarez

El megavelero que estaba llamado a despejar el futuro de Factoría Naval dejará las gradas del desaparecido astillero (ahora en manos en Nodosa) cuando se cumplen tres años de la paralización de los trabajos. Los nuevos propietarios de la quebrada empresa han fijado para mañana lunes la botadura del casco de esta singular embarcación encargada en 2008 y tan ligada al ocaso de la histórico constructor de barcos marinense.

Este buque, que será el mayor velero del mundo con casco de acero cuando esté terminado con 137 metros de eslora y 17,2 de manga, ha sido objeto de diversos trabajos de preparación durante estos últimos meses para asegurar su navegabilidad y hacer posible su traslado. Pero en realidad los trabajos propios de la construcción llevan desde 2012 sin apenas avances.

La embarcación fue contratada a Factoría Naval por la alemana Hansa Treuhand Holding AG para destinarla a crucero de lujo. Una operación que ascendía en un principio a 65 millones de euros pero que debido a los sobrecostes se acabó situando en el entorno de los 100 millones. A partir de ahí se produjo la cancelación del contrato por parte de la compañía germana, con lo que la propietaria del buque pasó a ser la entidad financiera que avalaba la construcción: entonces Bancaja y hoy Bankia.

Son las negociaciones que está desarrollando esta entidad bancaria con distintos armadores entre los que incluso se encontraría la propia empresa que encargó el proyecto las que han derivado en la decisión de retirar el barco de las instalaciones ahora pertenecientes a Nodosa. Esta empresa se mostró dispuesta a que el megavelero continuase ocupando parte de sus nuevas gradas, si bien sin más responsabilidades que terminar el casco para hacer posible que la ejecución de la nave prosiga lejos de Marín. El destino aún no está totalmente confirmado y dependerá del acuerdo que cierre la entidad bancaria.

Con esta botadura Nodosa se desprende del segundo símbolo de los problemas vinculados a Factoría Naval. Y es que hace apenas unos días esta empresa también dijo adiós a otro gran proyecto que el desaparecido astillero tampoco pudo completar, el yate que había encargado el empresario Fernández Tapias. La embarcación, cancelada por los retrasos en su entrega y adquirida por MetalShips a comienzos del presente año, fue trasladada ya hasta las dependencias de esta firma en el litoral del barrio vigués de Teis.

Por lo tanto, ahora desde Nodosa se centran ya en el proyecto recientemente confirmado de un buque pesquero de 60 metros que se irá para Malvinas y que costará 13 millones de euros. De todos modos el encargo que se terminará antes es un remolcador que desde el astillero confían en botar en verano.

Ésta será la segunda botadura de este año para un proyecto completamente realizado en Nodosa. La primero fue, después de casi año y medio sin este tipo de actos en la Ría de Pontevedra, una draga construida para el armador gallego Canlemar y que simbolizó a finales de abril el que se pretende como arranque de una etapa más prolífica para el sector tras tantos años de ajustes y negativas perspectivas.

Este buque fue el número 279 para la empresa constructora, al tiempo que supuso la primera entrega desde que la empresa formalizó la compra de Factoría Naval. La botadura puso fin a un paréntesis que se prolongaba desde diciembre del año 2013, cuando Nodosa concluyó el proyecto contratado por una firma marroquí. El destinatario del "Omvac Doce" entregado hace apenas un mes, en cambio, es un cliente ferrolano que se ha propuesto aumentar una flota en la que ya hay otras embarcaciones construidas en estas mismas dependencias.

Nodosa ha confirmado que la botadura será finalmente mañana por la tarde y los trabajos para ese "bautismo" de mar se prolongaron unos dos meses Consistieron básicamente en la preparación y puesta a punto de los carros de varada, el chorreo y pintado de la obra viva y el acondicionamiento del casco.

Este casco fue construido en su día en las antiguas instalaciones de Factoría Naval de Marín por la empresa Nodosa, hoy su actual propietaria. La propia compañía apunta que "para su construcción tuvo que fabricar multitud de bloques repartidos en todas sus centros de trabajo de Bueu y Marín, llegando a utilizar incluso gran parte de la superficie del propio Puerto de Marín, para posteriormente ensamblarlos sobre su actual vía número 1, recién construida en aquel entonces. El buque proyectado estaba considerado el mayor velero del mundo en su momento, con 137 metros de eslora, y se construyó inicialmente para la compañía naviera alemana Hansa Shipping, con sede en Hamburgo".

Tras esta botadora y la anterior del megayate de 60 metros de eslora, Nodosa asegura que "en un breve espacio de tiempo se habrá conseguido el objetivo de disponer de toda la capacidad productiva del astillero de cara a su explotación comercial a nivel internacional".

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