"No solo hemos practicado la lengua extranjera, sino que el año pasado tuvimos la suerte de conocer parte de una cultura tan rica como la francesa desde dentro, y este año hemos tenido la oportunidad de mostrarles a ellos parte de la nuestra, lo cual ha desarrollado en nuestros alumnos un aumento del orgullo por lo propio, a veces, y sorprendentemente, tan escaso entre nuestros jóvenes", explica Reyes Rosales, coordinadora del intercambio cultural que los chavales del colegio A Inmaculada de Marín mantienen con un centro de la región francesa de Champagne-Ardenne.

El colegio marinense mantiene este intercambio con el centro francés Collège Professeur Nicaise, con el que vienen trabajando en un proyecto de la Asociación Bilateral Comenius, financiado con fondos del OAPEE (Organismo Autónomo de Programas Educativos Europeos).

Alumnos marinenses y galos han trabajado juntos para idear, escribir y rodar todas las secuencias de un cortometraje sobre la tolerancia. Pero también han tenido tiempo para disfrutar de otras actividades y hacer un poco de turismo por la comarca. Los alumnos marinenses mostraron su municipio a sus compañeros franceses y posteriormente les acompañaron a hacer las dos últimas etapas del Camino de Santiago francés, desde Arzúa. Además de Santiago también visitaron las Islas Cíes, Vigo y Baiona. Concluyeron estos doce días de convivencia con una fiesta de despedida en el Multiusos de Marín, durante la cual se proyectaron algunos vídeos de estos viajes.

Entre otras experiencias, los chavales contaron con una actividad dirigida por Pedro Brañas, que les introdujo en el folklore gallego haciéndoles bailar las músicas tradicionales del país. Además, la actriz Mayka Braña se prestó a realizar una entrevista preparada por los alumnos y les dio algunas ideas para rodar su película.

La coordinadora gallega del intercambio (junto al francés Vincent Boucharin), asegura que muchos alumnos han empezado ya a organizar planes para verse en verano. "Se han creado unos bonitos vínculos entre españoles y franceses, incluyendo a las familias, que seguro se mantendrán en el tiempo", indica Reyes Rosales. Los franceses se fueron -indica la coordinadora-, "contentos de la experiencia vivida y sobre todo con la sensación de que aquí dejaban verdaderos amigos, a los que seguro volverán a encontrar en el camino de la vida, ya que estos jóvenes se sienten ciudadanos de la gran aldea global, donde las distancias se salvan fácilmente cuando se trata de reencontrarse con un amigo".