La Diputación no quiere que el paso del tiempo pueda acabar pasando factura a un edificio que considera emblemático para la ciudad de Pontevedra y por eso su presidente, Rafael Louzán, sigue insistiendo con el Ministerio de Hacienda para que se abra cuanto antes "una vía de negociación" para que el ente provincial pueda volver a ser titular de su antigua sede de A Ferrería.

Así lo explicó el propio Louzán ayer en sede provincial tras indicar que en los últimos días volvió a trasladar el interés de la Diputación por hacerse cargo del edificio a la secretaria de Estado de Presupuestos y Gastos del Ministerio de Hacienda, Marta Fernández Currás. Un encuentro en el que el presidente de la Diputación volvió a trasladar a la exconselleira de Facenda la urgencia de buscar una salida definitiva para este histórico edificio debido a que "cada día que pasa el estado de deterioro sería más grave". El presidente confía en que el conocimiento específico que tiene Fernández Currás de la situación de este edificio sirva para que cuanto antes Hacienda abra una ronda de contactos con el fin de que el edificio regrese a manos del ente provincial.

El viejo edificio de San Francisco se encuentra totalmente vacío desde finales de noviembre del pasado año, cuando se mudaron de Hacienda los últimos funcionarios que todavía permanecían en la antigua delegación provincial. El edificio ya estaba casi vacío desde hacía tiempo tras la inauguración de las nuevas instalaciones de Campolongo. Desde entonces también se retiraba la vigilancia permanente sobre el emblemático edificio, salvo por la activación de un sistema de alarma y rondas esporádicas.

Días antes, el presidente de la Diputación propuso convertir el edificio en un gran centro de investigación y en la sede de todos los archivos de la provincia. Una propuesta que fue bien recibida también en el Concello de Pontevedra.

La propuesta realizada por Louzán tenía como respaldo el trabajo realizado durante varios meses por técnicos de la Diputación que analizaron qué posibilidades brindaba este edificio desde el punto de vista funcional y también arquitectónico, siendo expuesta la idea también a los responsables de Patrimonio.

La antigua delegación de Hacienda en San Francisco fue uno de los inmuebles sobre los que el Ministerio pretendía colgar el cartel de "se vende" en su plan para deshacerse de algunos edificios públicos.