Un "muy mal rato" fue el que pasaron ayer durante algo más de dos horas las trabajadoras y responsable de una farmacia de la calle de Benito Corbal que tuvieron que soportar la radical y sorprendente fórmula empleada por una de sus clientes para reclamar la devolución del importe de un producto que ella consideraba defectuoso, un sacaleches eléctrico que había comprado para uso de su hija.

Un comportamiento que estuvo a punto de costarle la detención a esta mujer por parte de la Policía Local, por su negativa a identificarse y a abandonar el local, pero que al final dio sus frutos, dado que logró la devolución del dinero que demandaba, unos 129 euros por este sacaleches eléctrico.

Las versiones que ofrecen ambas partes son contradictorias. Lo cierto es que este rocambolesco episodio comenzó sobre las dos de la tarde, cuando la mujer, de nombre María Teresa, según ella misma explicó, acudió al establecimiento para reclamar la devolución del importe de compra de este producto que, aseguraba, se averiaba constantemente desde que lo adquirió el pasado mes de octubre y tras varios intentos por repararlo.

¿Uso indebido o defectuoso?

Ante la negativa de la farmacéutica, quien explicó que el aparato no solo parecía funcionar correctamente sino que además tenía síntomas de haber sido sometido a un uso indebido, la mujer tomó una drástica decisión: "Le dije que no me iría del comercio hasta que me devolviesen el dinero o me entregasen uno nuevo". Y así fue.

La situación incluso obligó a que la Policía Local enviase al establecimiento a dos patrullas. En total cuatro agentes que intentaron dialogar con esta mujer y convencerla para que depusiera su actitud. De poco sirvieron las palabras de los policías locales y la oferta realizada por la responsable del establecimiento, quien le ofreció a esta mujer la posibilidad de enviar el aparato al servicio técnico para que fuera revisado. Al parecer, ya anteriormente se le había cambiado el motor, pero la mujer seguía insatisfecha con el funcionamiento del sacaleches e insistía en que le deberían devolver el dinero o entregar un aparato nuevo.

Posible detención

Así pasaron los minutos hasta que la Policía Local llegó a advertir a la mujer de que si no deponía su actitud podría acabar siendo conducida a la Jefatura, especialmente después de que se negase a entregar su documentación a los agentes asegurando que no portaba ninguna identificación encima. Según ella misma explicó, contestó a los agentes que "por las buenas no me vais a llevar, tendréis que hacerlo por la fuerza, dado que yo no me voy a ir de aquí". "Desde el principio parecía que su intención era o conseguir el dinero o salir esposada de la tienda", explicaban otros testigos. Al final, accedió a dar sus datos verbalmente y finalmente la responsable del establecimiento accedió a devolverle el dinero no por entender que tuviera derecho a él, según explicó más tarde, sino para poner fin a una situación que entendía que no estaba beneficiando para nada a su establecimiento en el que, remarca, nunca tuvo un problema con ningún cliente para devolver o subsanar cualquier deficiencia que pudiera aparecer en uno de sus productos.

Expectación

Así, dos horas después, la mujer dejaba finalmente el establecimiento tras recibir el dinero que demandaba y ante la enorme expectación que se había generado ante el establecimiento debido a la presencia policial y de los medios de comunicación cuya presencia, en algún caso, había sido requerida por la propia mujer.