Cuarenta y dos años separan al tranquilo pueblo que vivía de la pesca, el marisqueo y la agricultura a principios de los setenta, del centro turístico de visita obligada, con un bullicio constante en sus calles estrechas abarrotadas de tiendas, restaurantes y curiosos. Las miradas empezaron a ponerse sobre Combarro con la declaración del pueblo como conjunto histórico de interés nacional. Hoy presentan a partir de las 20 horas en el salón de actos de la sede de la Comunidad de Montes, "Combarro, conxunto histórico (1972-2012). Estudos e testemuños", un libro recoge las conferencias celebradas en el municipio por el motivo de la conmemoración del 40 aniversario de su declaración como conjunto histórico. Coordiando por el presidente de la asociación Solaina, Rafael Vallejo (Combarro, 1960) el título " hace un recorrido por el pasado pero hay un análisis sobre la situación presente y una llamada de atención hacia el futuro que puede presentarse".
-¿Cuál es el objetivo de esta publicación?
-Por un lado creíamos necesario recoger el ciclo de conferencias que hicimos con el motivo del 40 aniversario de la conmemoración de Combarro como conjunto histórico. También nos interesaba plasmar los discursos de los representantes políticos y de las asociaciones del pueblo.
-¿Qué curiosidades podemos encontrar el este libro?
-Contiene una bibliografía amplísima, la más grande sobre el municipio, estructurada en distintos apartados. Creo que esto es una de las grandes novedades que aporta este trabajo. Libros, capítulos de libros, artículos periodísticos... donde aparece Combarro. También hay informes y trabajos de investigación específicos sobre Combarro y obras más generales. Hay artículos de 1812 que ya hacen referencia a Combarro. También recogemos una legislación sobre el conjunto histórico y una referencia de un plano que editáramos en 1994 de la construcción del puerto de Combarro de principios del siglo XX. Digamos que quien quiera documentación sobre Combarro va a tener que pasar por este libro porque le va a ser de utilidad.
-El libro recoge las posibilidades turísticas, el papel de las Áreas de Rehabilitación Integral o un plan especial arquitectónico. ¿Es un libro que mira hacia el pasado o el futuro?
-Tenemos, por ejemplo una reflexión crítica de Iago Seara que entiende que la situación actual de Combarro es de desvalorización y pérdida de los valores tradicionales y pide una inflexión en esta situación, pidiendo una actuación conjunta de las fuerzas políticas. En el conjunto del libro hace un recorrido por el pasado pero hay un análisis sobre la situación presente y una llamada de atención hacia el futuro que puede presentarse. Es un libro constructivo, con un diagnóstico de la situación y propuestas para abordar la situación crítica en la que se encuentra el conjunto histórico.
-¿Cómo ve el futuro de Combarro?
-Complicado. Los retos que tiene Combarro exigen hacer políticas y ponerse a trabajar para cumplir los objetivos. En ese aspecto tenemos una situación preocupante. No está habiendo una respuesta a la altura de las necesidades actuales de Combarro.
-¿Se refiere a la degradación del entorno histórico?
-Si. Hay degradación incluso en los elementos más simbólicos del pueblo: los hórreos. Tenemos el ejemplo de uno que el año pasado se cayó. Que sepamos, a día de hoy nadie lo restituyó. El plan de medidas que habíamos solicitado para recuperar el entorno y ayudar a los vecinos no se puso en marcha. Esto es un ejemplo que simboliza la situación actual de Combarro.
-¿Es el turismo masivo una de las principales causas de este deterioro que presenta el pueblo?
-El turismo en sitios sensibles como conjuntos históricos plantean problemas. Es algo que consume territorio y genera oferta de servicios y equipamientos. Se puede hacer de forma equilibrada y manteniendo los valores o se puede hacer alterando el entorno. Lo que está sucediendo es que tenemos un turismo que no es sostenible en la medida en la que el capital de la actividad se está deteriorando por la propia actividad.
-¿Es necesario cambiar el modelo de turismo?
-Es uno de los grandes retos. En otros sitios lo resolvieron bien pero exige mucho compromiso y trabajo de los diferentes niveles de la administración. Se habla de turismo cultural pero no se va más allá.
-¿Cómo cree que afectará la contaminación de la ría de Pontevedra a Combarro?
-Creo que es otra parte de un mismo problema. Hay que ver cómo gestionamos el medio ambiental y cultural y en ese sentido hay mucho que hacer. Hablamos de los recursos que se destinan. Si volvemos al turismo, se puede apostar por la cantidad o por la calidad, aunque no son incompatibles. Hay que hacer políticas de calidad y en los casos de los conjuntos históricos se puede hacer mucho. Por ejemplo, hacer la marca de conjuntos históricos para proponer y diseñar políticas que permitan coordinar ofertas, más allá del plan especial del concello.
-El turismo cultural que señala...
-Tenemos los ejemplos de la Catedral y del Camino de Santiago, pero el modelo para las Rías Baixas está siendo únicamente el de puertos deportivos y playa.
-Han presentado un decálogo de actuaciones específico para Combarro, ¿Cómo es su recepción?
-La respuesta es de cierta decepción. Hay el reconocimiento de que es un trabajo bien hecho, pero seguimos esperando una segunda reunión en la Consellería de Cultura. A nivel parlamentario desconocemos si hay iniciativas. Lo destacado de este trabajo no solo fue el diagnóstico, sino que también aportábamos propuestas. Volvemos a los hórreos: caen y no hay respuesta. Entiendo que existan recortes en la intensidad de los temas culturales pero se debe actuar.
-¿Qué se debe hacer para recuperar este entorno?
-El conjunto histórico tiene un plan de protección que tiene más de diez años que tiene que ser revisado. Ver qué mejoró y que no. Consultar con la gente, porque a lo mejor no está interesada en seguir con el conjunto histórico. Por ejemplo, mantener los hórreos supone un coste añadido. Personalmente creo que hace falta crear un plan de ayudas para poder mantener los hórreos y que el problema quede resuelto con facilidad a través de una ordenanza. Después cada particular deberá asumir su parte correspondiente del arreglo.
