Crespones negros en los coches patrulla y en las dependencias oficiales de la Comisaría en Pontevedra, así como banderas a media asta, son solo las muestras más visibles para la ciudadanía del intenso dolor que existe estos días en el seno de la Policía Nacional por el fallecimiento el pasado viernes de su compañera Vanessa Lage en el sangriento atraco de la calle Doctor Carracido en Vigo.

Convocados por los sindicatos policiales, numerosos compañeros le rindieron ayer homenaje y la recordaron con un minuto de silencio ante las comisarías de toda España. También en la de Pontevedra, ciudad en la que residía Vanessa Lage, en donde más de un centenar de personas se congregaron ante el edificio de la Comisaría Provincial para rendirle tributo y enviar ánimos a su compañero Vicente Allo, que permanece en la UCI como consecuencia de los disparos que recibió.

Pero la concentración también tuvo su parte reivindicativa. Los sindicatos policiales volvieron a llamar la atención sobre la necesidad de dotar a los policías de los medios materiales necesarios para garantizar no solo la seguridad de los ciudadanos sino también para mejorar la suya propia. Especialmente se refirieron a la posibilidad de contar con chalecos antibalas, un artículo bastante escaso entre las plantillas de la Policía Nacional, según denuncia Luis Calvo, responsable local del Sindicato Unificado de Policía. El SUP alerta de que apenas un 20% de los agentes de la Policía Nacional de Pontevedra disponen de este elemento de seguridad y que hay también quien sí dispone de él pero pagándolo de su bolsillo, desembolsando "entre 600 y 700 euros".

Explica además que una de las unidades que más expuesta está a situaciones de riesgo como la que se vivió en Vigo, la de Seguridad Ciudadana, es la que menos beneficiada se ve del reparto de los pocos chalecos disponibles "que van a parar a otras brigadas que en teoría no tienen tanto peligro".

Asimismo, confirmó que en Vigo había chalecos antibalas "embalados" a la espera de ser entregados a los agentes. "No sabemos la razón por la que no habían sido repartidos", dijo Calvo, al tiempo que aseguran que pedirán "responsabilidades a quien corresponda por ello". Insistieron en que esto es "algo que ya pedimos cientos de veces aunque sin respuesta" y esperan que la tragedia vivida en Vigo sirva "para que de una vez por todas la Dirección General de la Policía reparta los chalecos de una vez" dado que "se podía haber evitado una muerte por un medio material". Afirman que incluso hay coches que no disponen de ningún chaleco.

Desde la Unión Federal de la Policía no quisieron entrar a valorar todavía si los agentes tiroteados llevaban o no chaleco. Pero sí señalaron que es un hecho "contrastado" que las UPR (en la que estaba encuadrada la agente fallecida) están formadas 30 funcionarios y que para esta unidad de Vigo solo tienen 10 chalecos exteriores de aproximadamente tres kilos y 4 interiores de uso personal que no han sido asignados y están en su embalaje original". "También sabemos que en la UPR había 4 mujeres (desgraciadamente ahora tres) y que no había ningún chaleco específico para mujer. Dejamos que sean ustedes los que saquen sus propias conclusiones", finalizan desde este sindicato policial.