Un constructor de 37 años falleció ayer sepultado entre los escombros de una casa en rehabilitación que se derrumbó por completo en San Xurxo de Sacos (Cotobade). Tras dos horas de rescate, Los Bomberos de O Salnés y Pontevedra lograron rescatar el cuerpo de José Figueiredo, de nacionalidad portuguesa pero que llevaba muchos años viviendo en la comarca. En el momento del suceso, cuyas causas son objeto de investigación por parte de la Guardia Civil, otro hombre estaba dentro del edificio, que pudo salir por sus propios medios, resultando herido de carácter leve, con lesiones en un tobillo. El fallecido tenía esposa y una hija de unos 3 años.

El trágico accidente se produjo en torno a las 18.20 horas de ayer, cuando un gran estruendo alertó a los vecinos de la parroquia de San Xurxo de Sacos. Fueron los propios vecinos los que alertaron al servicio de emergencias de que una casa situada al borde de la N-541, a la altura del kilómetro 75, se había venido abajo en su totalidad y que un hombre podría encontrarse en el interior de la vivienda, que estaba siendo rehabilitada por la víctima. Los escombros cayeron también sobre dos vehículos aparcados justo delante del inmueble y los restos del derrumbe bloquearon uno de los carriles de la carretera.

Fue entonces cuando el hombre que resultó herido leve, al parecer un obrero que trabajaba para el constructor fallecido, pudo salir del medio de los restos de la casa. Según los testigos presenciales, podría presentar una fractura a la altura del tobillo. Fue el herido el que alertó de que otro hombre, José "o Portugués", como era conocido en la zona, estaba dentro del inmueble cuando se produjo el accidente, lo que motivó que los propios vecinos empezaran con la labor de rescate, hasta la llegada de los Bomberos de Pontevedra y de O Salnés, que iniciaron manualmente las labores de rescate.

El testimonio de la persona herida resultó clave para el rescate del cuerpo ya sin vida de José Figueiredo, ya que había señalado la situación próxima donde se podría hallar su cuerpo en el momento del incidente. Eso reducía considerablemente el espacio de búsqueda a la zona trasera de la casa, justo donde la presencia de cascotes de piedra era más grande, lo que dificultó notablemente las tareas de rescate, que se alargaron unas dos horas.

Según los propios vecinos, el fallecido era el propietario del inmueble que se vino abajo. Al parecer José tenía una empresa de construcción y se encontraba realizando una obra en su propia casa, apoyado por un operario, que resultó ser el hombre herido.

El fallecido era natural de Portugal, si bien llevaba ya desde hacía 30 años residiendo Galicia, a donde había venido con su madre y sus dos hermanas. Era conocido en la zona que la madre se trasladó a Cotobade para empezar a cuidar de un hombre, con el que acabó casándose y que le dejó en herencia la casa que hoy se derribó.

"Vino ya de joven desde Portugal para cuidar al dueño de la casa, que murió hará unos 20 años", explicaba José Manuel Castro. Además de vecino, había trabajado con José durante muchos años en la construcción. Canarias, Sevilla, Barcelona o País Vasco son solo uno de los destinos que llevaban compartiendo desde hacía unos 18 años. "Nos unía una gran amistad de muchos años" manifestó José Manuel, que no daba crédito a que su compañero pudiese estar bajo los restos de la casa.

Pese a que dejaron de ser compañeros de trabajo hace unos años, cuando el fallecido montó su propia empresa, la relación no se perdió, indicando que solían verse a menudo. "Ayer mismo (por el jueves) estuve con él en la vivienda, quería saber mi opinión sobre las obras y se dio la casualidad de que no nos vimos hoy (por ayer) porque bajé más tarde de lo normal al bar donde solíamos coincidir", comentaba muy conmocionado José. Manuel.

Otros testimonios

Otros vecinos, como Luis, apuntaban a que "llevaba años arreglando la casa", que "había echado una placa" recientemente y arreglado el resto de la finca. Según Amelia, la intención que tenía José era "asegurar la casa vieja, para poder hacer una casita más pequeña" como alternativa a su vivienda en Pontevedra.

De acuerdo con José Manuel Castro, que conocía los trabajos en el interior, la obra se estaba centrando en excavar en la parte trasera de la casa, con el fin de realizar un porche hacia esa zona de la vivienda. Además, habría "deshecho parte de la casa para poner una protección metálica, ya que la parte trasera era consistente al ser de piedra, pero la parte delantera solo estaba realizada con ladrillo", afirmó el antiguo compañero de obras.

Como conocedor del trabajo que se estaba realizando en el momento del desplome, José Manuel apunta a "un fallo en el encofrado o que con el peso de la tierra mojada pudo venírsele abajo". Especula con que ese peso "no podría ser sostenido por una casa antigua y además debilitada por las obras". El sentimiento general entre los vecinos era de tristeza. También había quejas por las dificultades que tienen los vecinos para que les den licencias para restaurar las casas.