Al menos cinco comunidades de montes de Pontevedra han presentado oficialmente en el Concello ofertas de terrenos para albergar la planta de compostaje de la comarca que impulsan los gobiernos local y provincial. El equipo municipal ha realizado una primera preselección de posibles ubicaciones, con un mínimo de 20.000 toneladas, que incluye siete propuestas, ya que además de las comunales, las hay de una empresa privada y un particular. Por el momento el Concello no quiere desvelar la ubicación exacta de estas propuestas toda vez que el plazo para recibir nuevas iniciativas permanecerá abierto hasta septiembre.

Además, acaban de surgir voces discrepantes con este proyecto en el seno de los propios comuneros del municipio. La Mancomunidade de Montes, que agrupa a partes de estos colectivos, ha mostrado su disconformidad con el emplazamiento de la planta en terreno forestal y solicita "que se ubique en suelo industrial, preferiblemente en alguno de los polígonos industriales existentes", según ha detallado el presidente de la Mancomunidade, Carlos Morgade. A su juicio "existe suelo industrial suficiente para acomodar unas instalaciones de las características de la que se pretende" y considera "innecesario y perjudicial la destrucción de más parcelas de suelo de protección forestal que ya sufrieron en los últimos años una importante merma en su extensión por la instalación de equipamientos e infraestructuras que afectaron a la superficie de monte".

Otras interesadas

Esta reacción de la Mancomunidade ha causado sorpresa en el seno del gobierno local, que es el que gestiona la búsqueda de terrenos para la planta de compostaje, pese a que es la Diputación la que se encargada de su tramitación administrativa y la elaboración del plan de viabilidad. Desde el concello se recordó ayer que hay al menos cinco comunidades de montes con ofertas analizadas "pero hay incluso algunas más interesadas", si bien con menos opciones que las primeras, ya que la parcela debe reunir unos requisitos mínimos y el precio máximo que se podría abonar ronda los mil euros por hectárea.

Pese a ese "interés" de estos colectivos vecinales, la Mancomunidad entiende "que no hay razones de peso que aconsejen la instalación de esta planta fuera del terreno actualmente ya establecido con suelo industrial" y califica "como errónea la intención de buscar terreno barato para edificar en suelo rústico una planta industrial que probablemente sea ampliada en el futuro con nuevas instalaciones y desordenando así aún más el ya actualmente muy desordenado espacio del municipio pontevedrés, donde la mezcla de terrenos industriales y residenciales dificulta la convivencia entre vecinos y empresas". Morgade subraya que "este acuerdo fue tomado por la asamblea general", pero admite que, pese a ello, cada agrupación tiene autonomía "para utilizar sus montes como decida su asamblea general, por lo que el acuerdo no impide que pueda haber comunidades que estén dispuestas a negociar una posible cesión de terrenos".

Sea como sea, el gobierno local todavía no tiene prisa por decidir la ubicación exacta de la futura planta de compost ya que hasta septiembre se aceptarán ofertas y hasta final de año no estará listo el plan de viabilidad que elaborará la Diputación. La previsión es encargar de inmediato esa redacción, por unos 45.000 euros, que tendrá que definir aspectos como la tecnología que se utilizará, la capacidad de tratamiento y, sobre todo, un estudio de los costes e ingresos previstos, toda vez que existen serias dudas de que el compost (o tierra vegetal) tenga salida comercial.