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Se disparan las rentas sociales y ayudas de emergencia

La brecha salarial que entre los trabajadores y las trabajadoras de Pontevedra se sitúa en el 19,5% se agranda hasta alcanzar el 41,3% si la comparativa se refiere a los ingresos mensuales de los hombres y mujeres pensionistas de la ciudad que son beneficiarios de una renta contributiva, tal como se deduce de la muestra continua de vidas laborales y de las series periódicas de prestaciones que elabora la Seguridad Social y que recoge el Instituto Galego de Estadística (IGE).

La diferencia de más de veinte puntos que separan una brecha de la otra refleja, por un lado, una vida laboral, la de ellas, más precaria en cuanto a salarios y beneficios sociales y también en muchos casos "en negro" durante años y, por otro, una trayectoria vital dedicada al cuidado de la familia y las tareas domésticas. Igualmente son ellas las principales destinatarias de las pensiones no contributivas y rentas sociales.

De acuerdo con los datos que acaba de publicar el IGE los pensionistas varones de la ciudad son, en términos generales, mileuristas ya que ingresan una nómina media mensual de 1.032,7 euros. Una cantidad que se reduce a 730,8 euros si la persona que percibe la pensión contributiva es una mujer.

Son un total de 13.389 las personas que perciben una pensión contributiva, bien sea de jubilación, invalidez permanente, viudedad, orfandad o de las llamadas de favor a familiares en Pontevedra, de las que 6.503 son hombres (el 48,5% del total) y 6.866 (51,2%) son mujeres. A ellos hay que sumar a otros 1.129 pontevedreses 765 mujeres y 364 hombres- que son perceptores de pensiones no contributivas.

Dejando a un lado el género, los pontevedreses pensionados tienen una nómina media de 877,44 euros al mes, unos ingresos muy ajustados y que sin embargo son un 13,5% superiores a la media de la provincia que está situada en 772,91 euros mensuales y suponen un 19% más de la media gallega. En cualquier caso no hay que perder de vista el hecho de que Galicia es la segunda comunidad de España con las pensiones más bajas, solo por encima de Extremadura de la que la separan apenas dos euros.

Si la brecha salarial de los pensionistas deja en evidencia una situación de discriminación de género, pasada y presente a tenor de la diferencia de emolumentos que reciben las trabajadoras y los trabajadores en activo, la edad se constata otro elemento diferenciador.

Son los pensionistas, de entre 65 y 74 años y con prestación de jubilación en su inmensa mayoría, los que tienen el salario medio más alto: son mileuristas en el sentido estricto de la palabra. Si el mayor pontevedrés se sitúa en la franja de edad comprendidas entre los 75 y los 84 años su nómina media desciende a 850 euros y si supera esta edad los ingresos mensuales medios caen a 737 euros.

Por su parte los pensionistas menores de 64 años reciben una media de 818 euros al mes, una cantidad que sin embargo oculta fuertes oscilaciones ya que mientras el salario medio por incapacidad permanente roza los 900 euros la pensión de orfandad apenas supera los 350 euros y las de viudedad se sitúan en torno a los 550 euros.

Ingresos compartidos

La crisis económica y laboral que estalló en 2008 y que no remonta ha dejado entre sus secuelas un paro crónico y una drástica reducción de las prestaciones sociales lo que ha convertido a las pensiones, en muchos casos, en los únicos ingresos de los hogares pontevedreses y además en un número creciente de situaciones de más de uno, ya que los abuelos tienen que hacerse cargo o se han convertido en cooperadores necesarios del mantenimiento de las familias de sus hijos .

Es el caso, por ejemplo, de Lourdes Suárez, funcionaria jubilada, de 71 años y viuda desde hace cuatro, que vive con una hija discapacitada y que desde hace algo más de un año ayuda a mantener a la familia de otro de sus hijos, que ya ha agotado el paro y en la que los ingresos intermitentes de su nuera apenas dan para cubrir los gastos generales de la casa. "Si siguen así acabarán viniéndose los cuatro a vivir conmigo, ya lo hablamos", dice sin perder el ánimo. "La que se alegrará es mi niña". Lourdes tiene un tercer hijo, soltero, que trabaja en un despacho profesional en Madrid y que hasta el momento ha sorteado la crisis.

Las estadísticas actualizadas de la Seguridad Social y el IGE permiten constatar que en la ciudad de Pontevedra cuenta con 25.956 trabajadores en alta laboral, frente a 14.518 pensionistas (sumando los que perciben rentas contributivas y no contributivas) lo que da una ratio de 1,7 activos por cada un pensionista. Además hay que tener en cuenta que la capital tenía, al empezar el mes, 8.479 parados inscritos en el Servizo Galego de Emprego, una cifra que previsiblemente descenderá en los próximos datos de paro que se darán a conocer el dos de julio y que reflejarán el inicio de las contrataciones estacionales del sector servicios.

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