"Vengo aquí a hablar de la revolución mozambiqueña y lo que significó en términos de impacto en la sociedad ese proceso, que emergió de la lucha por la liberación nacional y tuvo una gran repercusión, también de cual fue el papel de la educación en ese proceso", explica Aurélio Fabiâo Ginja, antropólogo que aportó a la Semana de Filosofía una de las visiones más singulares, la de que otra África también es posible.

-¿Fue clave la educación para que se produjese la revolución en su país o, a la inversa?

-Diría que a la inversa, que la gran apuesta de la revolución fue concebir la lucha armada como un acto cultural que implicaba la posterior formación de un tipo de ciudadano imbuido de un nuevo tipo de mentalidad, lo que llamamos "home novo".

-¿Cómo es hoy la sociedad mozambiqueña?

-Es una sociedad diversificada, está emergiendo, entrando una nueva dinámica inherente al contexto social de la globalización, vivimos en un contexto neoliberal en el que fue instaurada una democracia multipartidaria y en el que hay muchos aspectos nuevos, renovadores, en la vida social, pero también otro tipo de confluencias, sobre todo en términos de exclusión social.

-Se han reducido sensiblemente las tasas de analfabetismo.

-Si, hubo una reducción sustancial, en el periodo postrevolución se desarrollaron fuertes campañas de alfabetización, pero después surgió una guerra que hizo inviable ese proceso, pero ahora se ha retomado la expansión de la red escolar a escala nacional y eso tiene un valor muy positivo.

-Su país es animista, cristiano, musulmán...

-En términos de religiosidad tenemos la presencia fuerte del cristianismo, el catolicismo pero también religiones no católicas pero si cristianas, las religiones tradicionales africanas, la religión musulmana y también, aunque en unidades menores, tenemos presencia de la religión hindú.

-¿Esa diversidad también aparece en las lenguas y culturas?

-Si, es verdad, en términos lingüísticos además del portugués, que es la única lengua oficial, tenemos, podríamos decir, alrededor de veinte lenguas bantú que coexisten con el portugués y algunas lenguas asiáticas que son habladas por poblaciones mozambiqueñas de origen asiático.

-Son ustedes una sociedad muy joven.

-Extremadamente joven, somos un país con 39 años de independencia, un país extremadamente joven, y también con una composición poblacional mayoritariamente joven, por eso Mozambique es un país de futuro, un país que se está abriendo cada vez más al mundo y que busca a nivel interno la promoción de una cierta interculturalidad, de modo que esa diversidad constituye un triunfo, una riqueza.

-¿Es el suyo un país de éxito?

-Frente a una idea del África de la derrota creo que la nuestra es una historia de éxito, un país que asumió el protagonismo de su propia historia y a pesar de todos los reveses de la historia procura seguir un camino propio, consiguió su independencia, obtuvo la paz y está en este en este momento en un proceso de diálogo interno en torno a un crecimiento en todas sus dimensiones, no solo en la económica sino también en la dimensión social, entonces doy fe de que por vía de la educación es un país que va a sorprender al mundo.