El malestar entre los usuarios en la estación de ferrocarril de Pontevedra era evidente por el contratiempo aunque también entendía que las anulaciones de trenes y transbordos en autobús se debían a una causa de fuerza mayor como el descarrilamiento de un tren. Algunos de los más contrariados fueron los que acudían a tomar los trenes que fueron suprimidos, como ocurrió con el que debería partir de Pontevedra a las 20.25 y que se canceló. Los viajeros tuvieron que esperar al convoy de las 21.00 horas para continuar en autobús hasta Redondela. Los trenes hacia A Coruña funcionaron con cierta normalidad ya que se utilizaban los convoyes que llegaban desde el norte hasta Pontevedra.