El edil de Ordenación do Territorio puso como ejemplos algunos parámetros de los que ya dispone el Concello de Pontevedra. En el lado positivo, por ejemplo, se encuentra la reducción de emisiones de CO2 que atribuyen a los cambios de la movilidad motorizada y que, afirman, puede acercarse a los 500 kilos de CO2 por habitante, lo que equivaldría a un ahorro de unos 150 litros de combustible. En cuanto a la calidad del aire, esta fue muy alta durante 358 días al año en 2012. Los siete restantes que no alcanza estos niveles los atribuyen al ozono y a las partículas en suspensión, estas últimas con "foco bien definido" en el complejo empresarial de Lourizán, donde se ubica la estación medidora.

Mosquera aseguró que "si aparecen malos datos, mejor", ya que así se podrán adoptar medidas correctoras en aspectos que hasta ahora podrían pasar desapercibidos. Con todo, tiene ya alguna idea de los puntos débiles de Pontevedra en lo que a calidad ambiental se refiere y señala que la ciudad debe mejorar en el reciclaje de residuos.