El teniente de alcalde estuvo acompañado por los técnicos municipales, entre ellos el arqueólogo del Concello, Xoán Carlos Castro, quien informó de la aparición de una mina de agua en las cercanías de la rotonda de la serrería, en el cruce de la avenida de Juan Carlos I. La mina, datada en 1906, según reza una inscripción, fue descubierta durante los trabajos de canalización de las aguas pluviales. El arqueólogo subrayó que se trata de una zona limítrofe entre el urbano y el rural, por lo que recalcó que se presenta con este hallazgo "una oportunidad de integrar elementos etnográficos del rural en el tejido urbano y de que, por una vez, el crecimiento no signifique arrasar completamente con el paisaje rural".

De este modo, los técnicos municipales incluirán el elemento en el inventario municipal y elaborarán un proyecto complementario para consolidar los muros de una piedra laterales, tratar las dos bocas de la mina y solucionar una filtración de aguas fecales que baja por la finca contigua. Según apuntaron algunos vecinos presentes en la zona, esta mina de agua estaba asociada a un antiguo lavadero, del que ya no quedarían restos.

En todo caso, la ejecución de las obras que llevaron a descubrir este manantial han provocado problemas en alguna vivienda colindante, que carece de suministro municipal de agua y que se abastecía de la mina. Según sus quejas, ese servicio se ha visto afectado y el agua que obtiene ahora aparece mezclado con el vertido ilegal que desemboca en la misma zona.