Una vez más, el temporal de viento y lluvia que azota a la comarca desde hace días tuvo en alerta a todos los servicios de emergencia, que protagonizaron más de un centenar de salidas por desprendimientos, caídas de árboles, cortes de luz y otros muchos daños. Ayer fue el turno de la borrasca "Qumaira", que dejó rachas de viento de más de 100 kilómetros por hora en Pontevedra, 98 en Poio, y, sobre todo, los más de 120 de Monte Xesteiras, en Cuntis.

Uno de los episodios más graves se registró en la "ciudad administrativa" de Campolongo, donde el temporal arrancó de nuevo varias chapas metálicas que recubren la fachada de la sede de la Xunta. Los daños fueron tan graves que los Bomberos llegaron a valorar la posibilidad de desalojar el inmueble (finalmente descartado) pero sí hubo que cortar dos horas, de 11.30 a 13.30, el tránsito por la calle Fernández Ladreda, ante el peligro que suponía el desprendimiento de estas planchas. De hecho, fue necesario anular el acceso principal al inmueble y habilitar la entrada de funcionarios y usuarios por el sótano, mientras que todo el entorno estuvo acordonado para evitar daños personales.

Al respecto, Isabel Martínez, delegada de la CIG en la junta de personal, denunció la "falta de información" por parte del delegado territorial y la "improvisación" a la hora de hacer frente a unos incidentes que incluso causaron "episodios de nervios y ansiedad" entre los funcionarios al ver volar desde su ventana las grandes chapas. Además, asegura que este problema ya se produce desde hace varios días, "sin una respuesta" en materia de prevención. CSI-F también criticó esta situación sobre todo en un inmueble inaugurado hace unos cinco años.

Pero el edificio de la Xunta no fue la única sede oficial afectada por el viento. A media mañana una ráfaga de viento arrancó de cuajo parte de la claraboya superior del edificio de Michelena 30 que ocupa el Concello. La chapa voló hasta el tejado del supermercado de Moldes y la lluvia comenzó a entrar en el interior, afectando a las escaleras, que quedaron cerradas al paso. Los Bomberos acudieron a tratar de resolver el problema, pero su presencia era requerida en decenas de incidentes, como en Monte Porreiro, Blanco Porto, Iglesias Vilarelle, Barcelos (donde una chapa de un edificio de Benito Corbal cayó sobre un coche) A Seca, Daniel de la Sota, A Parda, Estribela, la avenida de Uruguay y otros muchos lugares afectados por caídas de árboles, desprendimientos, antenas y postes en peligro de desplome, carteles y señales caídas y otros incidentes.

La Policía Local constató más de medio centenar de salidas durante toda la jornada, especialmente entre las 11.00 y las 18.00 horas, los momentos de mayor intensidad. Otro de los episodios más graves se registró en el colegio de Vilaverde (Mourente) donde un árbol dentro del recinto escolar amenaza con desplomarse. Tras varias horas de estudio de las posibilidades de talar el ejemplar, finalmente se hará hoy, razón por la que la directora del centro acordó por la tarde suspender las actividades extraescolares de ayer y las clases durante toda la jornada de hoy, por razones de seguridad. Está previsto acometer esta mañana la retirada del árbol y comenzó a darse aviso a los padres. En todo caso, la Policía Local recorre hoy las paradas del autobús escolar para informar de la suspensión de las clases. Aquellos alumnos que viajen solos serán llevados al centro y desde allí se avisará a los padres.

Otra de las consecuencias de la sucesión de temporales se registra en las tareas de reparación de los daños de borrascas anteriores. Así, la recuperación de la senda de Os Gafos se ha suspendido ante la previsión de que se vuelvan a levantar las zonas arregladas, y en el Pazo da Cultura, la nieve en León impide desde hace días la llegada de piezas para reponer el tejado.