Las jornadas previas a la noche de San Juan de 2010 una operación de la Guardia Civil conmocionó al mundo de la pesca y a la sociedad en general al descubrir una realidad que muchos intuían o conocían pero que pocos se atrevían a denunciar: la pesca ilegal con explosivos. Quince personas eran detenidas y un total de 113 kilos de dinamita -un auténtico arsenal- eran incautados por los agentes en los puertos de Vigo y Portonovo, en medio de los preparativos de numerosos buques para echarse a la mar justo en los días en que la sardina alcanza su mayor valor.

Finalmente, de estas quince personas que resultaron detenidas, la Fiscalía ha decidido presentar acusación contra ocho (siete armadores y el presunto proveedor de la dinamita) que en cuestión de meses deberán sentarse al banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Pontevedra. En su escrito de conclusiones provisionales, el fiscal David de la Fuente explica como cayó aquel grupo en el que, a juicio del Ministerio Público, la práctica de la pesca con explosivos no era algo puntual, sino que venía de tiempo atrás.

Desde hacía tiempo, la Guardia Civil y el juzgado de instrucción 2 de Cambados tenía conocimiento de la existencia de un grupo de personas dedicadas profesionalmente a la pesca que "adquirían, poseían y almacenaban diverso material explosivo", concretamente dinamita, para destinarlo a la campaña de la sardina de aquel San Juan de 2010.

El 22 de junio de 2010 se desplegó el operativo policial. A las 22.25 horas los agentes registraban el "galpón" del puerto de Vigo que utilizaban el armador y patrón del buque "Andreu III", los acusados Jesús Sobral Andreu y Jorge Sobral Cabaleiro. En total, hallaron 9 cartuchos de dinamita con un peso de 1,4 kilos. Ese mismo día, sobre las 18 horas, Jorge Sobral ya había sido sorprendido "in fraganti" por los agentes de la Guardia Civil que lo vigilaban cuando se encontraba en el puerto de Vigo tras recoger de debajo de unas redes en las proximidades del buque otros 9 cartuchos de explosivo. A escasos metros, también bajo unas redes de pesca, se ocultaban otros 38 cartuchos y 24 detonadores.

En el mismo puerto, sobre las 19 horas, los acusados José Antonio Tizón Ferreira y Diego Tizón Veiga (armador y patrón del "Nuevo Diego David") fueron sorprendidos, siempre según la versión del fiscal, cuando intentaban introducir en el citado buque un total de 20 cartuchos. El procedimiento que utilizaba José Antonio para tratar de hacer pasar desapercibido el explosivo consistía, según el Ministerio Público, en ocultarlo "en el interior de su chaleco, así como en una bolsa de color verde, aparentemente utilizada para portar alimentos, que le pasaba su hijo, el también acusado Diego Tizón. Según el fiscal, José Antonio se percató de la presencia de los agentes de la Guardia Civil en el puerto abandonando el chaleco y la bolsa verde en la nave de hielos del puerto, en donde fue localizada más tarde.

El tercer escenario de aquella operación policial fue el Puerto de Portonovo así como varias fincas de Adina, en Sanxenxo. En ellas la Guardia Civil localizó 319 cartuchos (48,4 kilos) de dinamita en una y otros 297 cartuchos (45,1 kilos) en otra, escondidos todos ellos en garrafas. El fiscal afirma que quienes allí ocultaban el explosivo eran José Deza Castro y Manuel Soto Freitas, armador y marinero del "Playa de Portonovo", a quienes acusa de pescar entre los días 21 y 22 de junio de aquel año dos toneladas de sardina frente a las costas de A Guarda utilizando este método ilegal. El Ministerio Público asegura en su escrito que estos dos acusados utilizaron dinamita en la campaña de la sardina durante los últimos 14 años, desde 1996 a 2010 y es a los únicos a los que imputa un delito continuado contra la flora y la fauna por el que reclama 18 meses de multa a razón de 12 euros diarios para el marinero y tres años de prisión para el armador. Además, el fiscal reclama para los ocho acusados una pena de cinco años de prisión para cada uno por un delito de tenencia, tráfico y depósito de explosivos, así como tres años de inhabilitación para la pesca.

Llegaron al proveedor

Pero tras aquella operación de junio de 2010, faltaba por localizar al proveedor de los explosivos. Fue así como cayeron los últimos dos acusados. Ocurrió en marzo de 2011. Pese a la redada del año anterior el fiscal describe como un armador de O Morrazo, José Manuel Graña, concertó la compraventa de 10 kilogramos de dinamita y 100 detonadores con el presunto suministrador. Fue así como los investigadores llegaron a José Manuel López Puga, un vecino de Arbo que supuestamente adquiría el explosivo en Portugal y que, según el fiscal, reconoció que la vendía a armadores gallegos, entre ellos los acusados José Antonio Tión y, "periódicamente", a José Jesús Deza.