A pesar de los recortes que la administración pública está llevando a cabo en instituciones como la Misión Biológica y el Centro de Experimentación y Formación de Lourizán, desde la Estación Fitopatológica de O Areeiro (EFA) se reconoce estar capeando el temporal gracias a la inversión privada y a la practicidad de sus estudios.

La buena salud del centro se demuestra en que en el último año al medio centenar de profesionales que conforma la plantilla se sumaron siete becarios, tres investigadores y se firmaron tres convenios más. Con respecto a la clave para sobrevivir en época de vacas flacas, el director de la estación provincial, Pedro Mansilla, explica que, ante la situación que atraviesa el sector público, "hay que buscar los garbanzos en otros sitio", una apuesta por atraer a la inversión privada que se resume en tres preguntas sencillas que O Areeiro se empeña en dar respuesta: "Cuál es el problema, qué es lo que vamos a hacer y cómo lo vamos a solucionar".

Aunque el centro depende de la Diputación de Pontevedra y también lleva a cabo proyectos con la Xunta, Mansilla subraya que siempre "se trata de cosas reales y prácticas". "La investigación no es solo el Estado: no es quedarse todos los años sentado a esperar que nos enchufen dinero; sino que también hay que buscarlo. ¿Dónde? en la empresa privada, haciendo cosas que a este sector le interese. Hay que buscarse las castañas, lo que siempre hemos hecho en este centro".

Las líneas que centran la actividad diaria en Areeiro son la fruticultura, el estudio sobre plantas ornamentales, control de plagas y la edafología, la rama de la ciencia que estudia la composición y naturaleza del suelo en su relación con las plantas y el entorno que le rodea. Con respecto a este último campo, en la propia página web del centro se pueden consultar los precios de los diferentes análisis de suelo que, a petición del cualquier empresa o particular, se pueden realizar en A Areeiro.

"Cada centro hace lo que tiene o cree que tiene que hacer. Las investigaciones en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) igual tienen que ser más abstractas, se dedican a hacer una investigación de base cuyos resultados inmediatos muchas veces no vemos, sino al cabo de mucho tiempo; pero también es importante. No obstante, nosotros no vamos en esa línea. Habrá centros que tendrán que dedicarse a esa labor de base y otros que nos dediquemos a otras cosas, son compatibles; lo que pasa es que igual hay que hacer esa investigación de base pensando en el futuro: hacia dónde van esos estudios, debemos plantearnos si realmente son o no importantes", explica Mansilla, quien ha formado parte del centro prácticamente desde sus inicios, en enero de 1981, cuando el proyecto contaba con tan solo dos becarios y en la finca, dedicada entonces a la ganadería, "había vacas y ni un solo árbol", como recordaba la jefa adjunta, Carmen Salinero.

Más de tres décadas después y tras construir seis edificaciones, numerosas plantaciones, apostar por personal especializado y atraer proyectos tanto nacionales como internacionales, el director asegura que O Areeiro funciona "como pienso que deberían funcionar los centros de investigación: como una empresa privada. Si yo no genero dinero ni genero actividad, mejor me dedico a otra cosa".

"Son cosas muy reales"

Prueba de ellos son algunas de las investigaciones que se están llevando a cabo y que tratan de resolver graves enfermedades que afectan tanto a la camelia o al castaño, precisamente el trabajo experimental durante años sobre el chancro que afecta a este árbol típico de Galicia dio como resultado una "vacuna" que ya se utiliza. Igualmente, el centro trabaja para una empresa madrileña que exporta plantas en Centroeuropa y que, una vez allí, se ven afectadas por un hongo. "Vemos qué nos pide el sector o esas empresas particulares, qué podemos resolverles. Siempre son cosas muy reales", concluye.