Tres arquitectos vieron su nombre unido al diseño y la ejecución de la Escuela Naval Militar. El caprichoso azar decidió finalmente que el vigués Antonio Cominges Tapias se llevara el reconocimiento de una obra muy admirada en su tiempo. Pero no todo el trabajo correspondió a su exclusiva autoría.

Casto Fernández Shaw, quien dejó su sello en Madrid, fue el arquitecto elegido para redactar el anteproyecto de la ENM. No pudo hacerlo por motivos inexcusables y el encargo recayó en Cominges, cuyo diseño recibió los parabienes oficiales. Sin embargo, el proyecto definitivo y la dirección de la obra se encomendaron al catalán Jaime Santomá Casamor, por su condición de capitán de ingenieros de la Armada. No obstante, el anteproyecto de Cominges sirvió de base a la redacción final.

Fatalmente Santomá se cayó del andamio de un edificio cuando la obra de la ENM no había cumplido su primer año. Ingresado en el Sanatorio Marescot, falleció una semana después a causa de sus graves heridas. Entonces la comisión responsable llamó a Cominges para concluir el trabajo que él mismo había iniciado.

Una auténtica obra faraónica: tal fue la envergadura que tuvo en su tiempo el proyecto de la Escuela Naval Militar. La fábrica de cerámica de A Caeira, que tenía sus instalaciones bajo el Puente de A Barca, forzó su producción al máximo para atender la ingente demanda que recibió de Marín durante aquellos cuatro años.

Una comisión inspectora, a cuyo frente estaba el contralmirante Félix Bastarreche y Diez Bulnes, se encargó de supervisar los trabajos de la ENM de principio a fin. El celo con que llevó a cabo la labor encomendada permitió conocer en detalle todas las cantidades de materiales empleados en levantar el recinto naval, formado por unas cuarenta edificaciones sobre una superficie total de 305.000 metros cuadrados y 41.029 metros cuadrados de plantas habitables.

Una pequeña muestra resulta suficientemente expresiva de la magna obra: 2.800.000 adoquines y 9.340.000 ladrillos, 14.130.000 kilos de cemento y 1.330.000 kilos de hierro redondo, 283.400 baldosas y 272.200 azulejos, 37.965 metros cúbicos de piedra, 102.000 metros de cable eléctrico, y 54.071 metros cuadrados de pintura.