Los trabajadores de Ence valorarán el próximo miércoles, en asamblea, el preacuerdo alcanzado en Madrid entre el comité y la dirección de Recursos Humanos del grupo por el que se abre la puerta a una salida pactada de once "excedentes" en Pontevedra. Este preacuerdo será ratificado "solo" con el aval de la plantilla y siempre que se alcancen pactos similares con los otros dos centros de trabajo de la compañía: las fábricas de Huelva y Navia (Asturias), según explicaba ayer el presidente del comité de empresa de Ence-Pontevedra y delegado de CIG, Suso Graña.

Según la información que manejaba este portavoz sindical, el preacuerdo ya se habría alcanzado en Huelva pero el pacto se resistía en el caso de la planta asturiana, por lo que todo está en el aire. Es previsible, añadía, que en los próximos días convoquen movilizaciones en Asturias, las cuales tendrán reflejo en las otras dos fábricas del grupo que lidera Juan Luis Arregui.

Avance negociador

Ence abrió la negociación para pactar un plan de despidos tras un intento fallido de aplicar un ERE extintivo que afectaría a 144 trabajadores de la compañía, 39 de ellos en Pontevedra. Dicho expediente de regulación de empleo fue retirado tras la convocatoria de dos huelgas sucesivas (una primera de cinco días y otra indefinida) y derivó en una negociación, de más de dos meses, que arrancó con una propuesta idéntica al ERE -poner en la calle a 144 "excedentes"- y que afronta su recta final.

Los once "excedentes" finalmente admitidos en Pontevedra son trabajadores, en todos los casos, mayores de 58 años. De entre ellos, los que superaron los 61 años de edad se acogerán a un contrato de relevo y los que están situados en la franja que va de 58 a 61 años se beneficiarán de una baja incentivada que les asegura unos ingresos del 80% de su salario actual, con el pago de la cuota empresarial a la Seguridad Social hasta que cumplan 63 y pasen a la categoría de jubilados.

"Esto será así siempre que los trabajadores lo acepten. Es una salida voluntaria" subraya el presidente del comité pontevedrés, Suso Graña, que asume que estas once bajas no afectarán al proceso de producción ni a la seguridad de la factoría de Lourizán.