El trabajo doméstico y el cuidado de las personas es un nicho de empleo tradicional para la inmigración y básicamente para la femenina aunque desde el estallido de la crisis las pontevedresas se abren paso en este ámbito laboral, desplazándo a las trabajadoras extranjeras. Con una excepción: en el denominado empleo doméstico interno.

En Pontevedra, según los últimos datos de afiliación a la Seguridad Social hechos públicos por el Ministerio de Trabajo, hay 1.547 inmigrantes dados de alta como empleados del hogar, el 13,8% del total de los registrados en la provincia.

De ellas (los varones son excepción) 1.392 son trabajadores extracomunitarias y la inmensa mayoría nacidas en países de Latinoamérica. También hay marroquíes, aunque en número anecdótico,entre las empleadas domésticas.

Los otros 155 inmigrantes dados de alta en la Seguridad Social en el epígrafe de hogar son de países de la UE, siendo las nacidas en Portugal las más numerosas.