En apenas dos meses tendrá en brazos a su primer hijo, una niña que llamará Carmen como su abuela. Está segura, afirma, que el nacimiento de su pequeña le ayudará a olvidar una experiencia "dura y muy mala" a pesar de que contó con el apoyo sin fisuras de su compañero y padre del bebé que está en camino y de su familia. "Yo sufrí pero mi madre ni te cuento. Fue una campeona, estuvo a mi lado sin un reproche y sé que aún sigue rezando por mí" sonríe con tristeza, esta joven en paro desde hace tres meses. "Al acabar el contrato que tenía en la tienda no me renovaron" explica convencida de que su embarazo ha tenido mucho que ver. Blanca explica que decidió interrumpir una primera gestación hace dos años porque "estaba acabando un tratamiento bastante novedoso y el médico me dijo que no sabía si tendría efectos o no sobre el feto, así que lo pensé muy mucho y decidí abortar". "No me arrepiento de haberlo hecho pero ojalá no hubiese tenido que pasar por eso. Estuve bastante hundida pero hoy soy feliz" concluye sonriente.

Creen insuficiente la modificación que promueve el ministro de Justicia para sustituir la actual ley de plazos por una de supuestos, más restrictiva incluso que la de 1985. Para los autodenominados Grupos provida, la interrupción del embarazo es un asesinato por lo que rechazan cualquier norma que la autorice. El aborto cero es su objetivo.