En salazón, acompañado de puré de guisantes o con chucrut. Es la receta más habitual del codillo alemán, reinterpretada desde hace 13 años en A Lama con otros acompañamientos como la verdura, patatas o embutidos.

Así la degustaron ayer los cientos de participantes en la Festa do Codillo, una cita gastronómica que debe su origen a la emigración, ya que fueron gallegos afincados en Alemania y Holanda los que se decidieron a ponerla en marcha.

Las cocineras de la parrillada Luanza fueron las encargadas de preparar las 500 raciones de codillo, que salieron a la venta, acompañadas de vino y pan, a 10 euros. El precio incluye el plato y la taza de barro, que los comensales pudieron llevarse tras el almuerzo.

Éste se celebró bajo una carpa en la alameda, donde también se instalaron diversos puestos de embutidos, filloas, empanadas, rosquillas y aguardientes. También de herramientas y artesanía.

La organización señala que "fallaron varios puestos, suponemos que por la lluvia". Con todo, el mal tiempo, que arreció horas después de iniciada la fiesta, no logró desanimar a los numerosos aficionados a la contundente receta, que combinaron las degustaciones de este plato que ya tiene acento gallego con la animada conversación y el encuentro con familia y amigos.