Las asociaciones vecinales de Ponte Muiños y O Mirador ofrecen la cara y la cruz de la situación nada halagüeña que atraviesan unas AAVV bastante capitidisminuidas. Ponte Muiños sí consiguió lo que en cambio no fue capaz O Mirador: algo tan sencillo y complicado a la vez como la renovación de sus juntas directivas. Ángel Mario Lago, aquel líder vecinal que jugó un papel tan destacado en el movimiento vecinal del 5-J, no encuentra nadie que siga el surco trazado entonces, hasta el punto de que Monteporreiro corre el riesgo de quedarse sin ninguna asociación. El meollo de la cuestión por partida doble está en saber cual va a ser la primera gestión positiva de la nueva directiva de Ponte Muiños, y en vislumbrar si O Mirador logrará formar en junio una nueva junta que despeje los malos augurios que acechan su futuro inmediato.